Hoy te espero más que nunca,
son de esos cielos invisibles,
y de días que zozobran,
el dolor se arremolina y devasta
y el vacío se impregna
inevitable como la ausencia de tu presencia.
El laberinto resultó ser una trampa.
Y yo, dentro,
el ingenuo que quiso perderse,
que quiso jugar con la arcilla del tiempo
tallando aire,
para crear algún amor,
para creer en algún amor
a quien rezar letanías,
aún, a sabiendas que,
la ausencia de amor,
es vano clamor y ruego.
Las ilusiones ya no llegan,
se extraviaron sin retorno,
Y los sueños, cual burbujas,
que estallan insustanciales y llanas,
son reducidas irremediablemente al efímero momento.
Hoy te extraño más que nunca,
el dulce silencio,
abrazo eterno,
insondable refugio,
en el inconmensurable olvido,
del nunca jamás inmortal,
del nunca más del siempre imperecedero.
Lo llenado está vacío,
los desvaríos se han perdido,
en el sinsentido amargo e incomprendido.
Ya el llanto nunca es suficiente,
ni el recuerdo de la alegría alcanza,
Ya no estás,
y te echo de menos,
Cuando en algún momento,
aunque,
sé que no existe el tiempo,
era parte de tu paz,
y de tu abrazo impasible y sereno
Hoy,
te escribo para decirte que,
estoy aquí,
Y…te espero.
nulfoyala@gmail.com