ANATOMÍA DE LA INSOSTENIBILIDAD AMBIENTAL EN EL CONTEXTO POTOSINO

Foto:NulfoYala(2022)

Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.

Una gestión ambiental de manera certera, se constituye en una de las necesidades más imperantes de las sociedades actuales; pero, desde una perspectiva no antropocentrista, no especista; por lo tanto, justa con todas las formas de vida que habitan el planeta y los territorios.

En ese sentido, las sociedades han ido evolucionando en sus dinámicas de interacción con los componentes del medio ambiente, lo cual a lo largo de la historia de la humanidad ha marcado drásticamente el rumbo de la salud del medio ambiente global

Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.

A un nivel territorial más específico, el Municipio de Potosí, no está lejos de esta dinámica de interacción humano – medio ambiente atroz. En ese contexto me permito realizar un análisis del nivel de aplicabilidad e instauración de políticas públicas basadas en el desarrollo sostenible, como una alternativa al desarrollo depredador y un sistema económico tradicional.

Entonces, para poder evaluar su nivel de aplicabilidad a nivel Municipal, es necesario considerar las dimensiones de la sostenibilidad; es decir, dimensión ecológica, dimensión social, dimensión económica, dimensión territorial, dimensión cultural y dimensión geográfica, todas estas indisociables.

Comencemos por la dimensión económica, considerando que el municipio de Potosí tiene desde hace más de quinientos años como la base de su economía, la actividad depredadora y extractivista minera con una escasa diversificación de sus medios de vida. Asimismo, la riqueza generada de esta actividad se concentra en ciertos sectores, como son los “empresarios mineros” y algunos “cooperativistas”. Si bien las actividades mineras que cuentan con licencia ambiental, presentan sus informes de monitoreo, basada en una norma nacional altamente permisible en los umbrales máximos, y ni que decir de las actividades mineras que operan sin licencia ambiental. Asimismo, los costos ambientales acumulados desde décadas atrás y heredados a las nuevas generaciones, en los pasivos ambientales que duermen en un sueño de terror. Pero no todo pasa por las responsabilidades de las autoridades, la sociedad no ha internalizado la magnitud de esta problemática; por ejemplo, existen actividades mineras clandestinas en cercanías a las fuentes principales de abastecimiento de agua potable de al menos el 50 % de la población, caso laguna Masuni (ubicada en el sistema de las lagunas del Kari Kari). Esas aguas son afectadas en su calidad por una posible contaminación. El costo ambiental, social y de salud pública es incalculable, y con seguridad las instancias llamadas a su protección no han destinado presupuesto, para esta terrible contingencia.

En ese mismo orden de ideas y desde una perspectiva de la planificación del presupuesto a través de los instrumentos de planificación como los planes operativos anuales (POAS), se visibiliza una amplia prioridad a proyectos de infraestructura y acciones que fomentan el consumismo de las poblaciones. Solo como ejemplo, en los últimos años el presupuesto destinado para el barrido de las calles es trece veces mayor que el presupuesto destinado para acciones de educación ambiental, que se constituye en el principal instrumento preventivo en la gestión ambiental. Se aprueban normas, como las del día del peatón y del ciclista en defensa de la Madre Tierra, para fines de concientización de la población de la importancia de la calidad del aire; no obstante, a la hora de su ejecución cualquier motivo es válido y forzosamente justificado para sus recurrentes suspensiones.

Todo lo anterior, se traduce en que la dimensión ecología de la sustentabilidad está muy afectada, pues los límites de la naturaleza han sido rebasados, en inmediaciones a actividades mineras y socavada por su mala intervención e inadecuada gestión, sobre todo por las autoridades y actitud de “normalizar” y “naturalizar” la contaminación, por la sociedad en su conjunto. Considerando que, además, ríos de curso sucesivo e internacional nacen en el Municipio de Potosí.

Dentro de la dimensión ecológica de la sustentabilidad, existen proyectos a nivel municipal, para la promoción de la agricultura ecológica a nivel familiar, tal el caso de la Comunidad de Chiutara (comunidad rural cercana a la ciudad de Potosí); sin embargo, estas actividades si bien están empoderando a las comunidades, estos procesos se encuentran en etapa de transición y no se ha consolidado aún, la inclusión en los mercados, lo cual no está instaurado como política pública  que fomente la producción y consumo sostenible.

Respecto a la dimensión social de la sustentabilidad, esta tiene una implicancia amplia juntamente con la económica y cultural, pues los sistemas de dominación de la naturaleza que se ha instaurado y enraizado en la sociedad potosina, ha generado una amplia deuda ecológica en el ecosistema.

La dimensión cultural, es aún más adversa, pues tiene la validación de una sociedad con sujetos pasivos de repetición cultural y de mantenimiento del núcleo familiar minero; lo cual se potencia con la magnificencia de lo histórico que es proporcional al poderío de la degradación ambiental ocasionada por la imperante minería.

Dentro de la dimensión política de la sustentabilidad, ésta se encuentra vinculada a los procesos de democratización y de construcción de la ciudadanía; pero, sobre todo, la instauración de la dimensión de la sustentabilidad en general como política pública. Dentro de las políticas públicas del Municipio de Potosí, no se ha evidenciado ninguna destinada al desarrollo sostenible, quizá solamente a proyectos desde el punto de vista de la temporalidad. Adicionalmente en esta dimensión, en los procesos de democratización de la sociedad potosina existe un escaso fortalecimiento a las organizaciones sociales y comunitarias que trabajan en pro del medio ambiente. Tampoco el Municipio ha instaurado procesos o proyectos para el acceso a la información ambiental generada en la institución, como asunto de democracia en el derecho al acceso a la información, y la autodeterminación de los pueblos. De la misma manera, no se visibiliza políticas públicas de fomento del componente género del desarrollo, es más se ha evidenciado que, al contrario de lo esperado, se ha buscado callar la voz de las organizaciones feministas, desde los niveles del ente deliberante, declarando ciudadanas no gratas (colectivo feminista “Mujer de  Plata”), en una muestra del machismo misógino, de una sociedad que se refleja en sus gobernantes.

Dentro de la dimensión geográfica de la sustentabilidad, la reducción de los planes de uso de suelo, solamente a ciertas categorías de uso de suelo, en el ámbito urbano; siendo que, en el rural no han abordado la planificación a nivel de territorio o bien las escalas de trabajo que son insuficientes. Y es que como Municipio de Potosí no se ha abordado en una planificación territorial en base a estudios previos de las potencialidades y vulnerabilidades de los territorios. Un ejemplo de lo anterior se traduce en el creciente y desbordante de actividades mineras en un distrito municipal rural, como es el distrito 16 (Concepción), territorios que no han sido evaluados previamente para el emplazamiento de las actividades mineras con impactos ambientales a muy largo plazo, como las plantas de concentración de minerales con diques de colas en pulpa; donde, dicho sea de paso, adicionalmente existen especies endémicas de la región.

En esta misma dimensión, las actividades mineras de acopio de minerales e ingenios mineros se encuentran dentro de zonas y barrios de la mancha urbana. Si bien existen proyectos para relocalizar estas actividades mineras a un parque de ingenios, no existe medios económicos para su concretización, tampoco una política de responsabilidad de los empresarios mineros para su reubicación, lo cual se entrelaza con la dimensión cultural arraigada, que lo viabiliza y legitimiza.

Por tanto, el nivel Municipal en Potosí desde las posturas del Desarrollo sostenible,  es débil; por no decir, prematuro o naciente, no internalizado en los gobernantes ni en la sociedad. Algunas iniciativas, como la instauración de huertos familiares, han modificado algunos procesos; sin embargo, las actividades más depredadoras y extractivistas como la minería, no han logrado siquiera modificarse, en el mejor de los casos han instaurado medidas de mitigación, como paliativos forzados. Además, no se están implantado como política pública institucional dentro de sus planes Estratégicos Institucionales y tampoco en los Planes Territoriales de Desarrollo Integral; por lo tanto, carecen de indicadores para evaluar su evolución y avances. Entonces, tristemente este Municipio es un ejemplo de sustitución del capital humano por el capital natural. Hay mucho por trabajar, invertir, transformar y deconstruir, para una transición justa a lo sustentable.

mileox@hotmail.com