NAVIDADES VANIDADES

Acontravia.com(2022)

Por: Milenka Almanza

Navidades inmemoriales, familiares, costumbristas, de encuentro, de reconciliación; y más allá de lo teológico, del nacimiento de Jesús – líder nato que luchó por las más desfavorecidos y empobrecidos, por los parias; Jesús no era Cristiano, era un revolucionario ¡cuánto cambio en su cumpleaños¡.

Hoy y más que nunca las navidades han sufrido un proceso de transformación monstruosa de derroche en Bolivia un país sudamericano, donde la economía se basa en el extractivismo de sus recursos naturales, y donde la distribución de la riqueza producida por esta se concentra en pocas manos. Manos que, en fechas de navidades, desbordan de “bondad”, para dar lo que les sobra, para juntarse con los empobrecidos por el sistema que ellos mismos sustentan. Estos días los favorecidos convivirán horas con los desfavorecidos, mirándolos a los rostros, pero sin conocer sus rostros. Y acaso al siguiente año, vuelvan a reflejar su pena y penuria. Donde los niños que reciben caridad no la desean, desea la igualdad, la oportunidad, desean correr en libertad.

¿En qué momento de la historia, se nos met ió tan dentro el consumismo en navidad? – Existe una delgada línea entre el consumo y el consumismo y la diferencia es lo patológico del consumismo – lo triste es que este, no es el producto de una imposición por la fuerza bruta, sino que supone un consentimiento de las personas, como sinónimo de progreso, que hace que la deshumanización sea cada vez más cruenta. De acuerdo a la teoría de las necesidades de Marx, la producción no solo crea los productos, sino el modo de consumo, el impulso de consumo. Por eso que en estas fechas se produce tanto, y mientras más exista los ricos consumen más y los empobrecidos desean consumir más en un escenario donde aún no ha superado las necesidades de las sociedades burguesas. Será que muchas de las necesidades ya están satisfechas, será la insatisfacción constante, o como dijo Agnes Heller estas necesidades son nuevos requerimientos necesarios para sostener y alimentar el modelo económico y un deseo ilimitado de poseer.

Lo que no se ve, no se nota es que este consumismo exacerba la crisis ambiental, por eso es importante detenerse a pensar y analizar el capitalismo industrial, con ello el cambio climático, que cuando se necesario se llevara consigo cual regalo caro o barato anhelado por pobres y ricos.

En las navidades consumistas, parecen predominar las vanidades, necesidades de pertenencia y amor, el reconocimiento y la voluntad de reconocer y ser reconocido por los semejantes. Sentirse arraigados en lugares e integrados en grupos y redes sociales. Se refiere, por tanto, al ambiente social que debe de posibilitar el contacto, la relación social, la amistad y la asociación; que en resumidas cuentas de acuerdo a la escala de necesidades de Maslow, son estas necesidades subjetivas.

Cosas tan extrañas como: gorras con ventiladores, familias uniformadas en navidad, con basta ropa nueva, presas de la globalización y sus necesidades están ligadas a la occidentalización, al desconocimiento o no importismo de lo contaminante de la industria textil, para recibir a un niño Jesús que si nació pobre, vivió pobre y murió pobre,

Dado un análisis más profundo si nos, preguntémonos ¿cuál es el sentido de vivir?, y esta es una concepción filosófica desde luego, pero para muchos hoy en día el consumismo se ha convertido en el sentido de sus vidas, de ahí el no importismo del impacto ambiental negativo a este. Y este panorama, tiene una amplia influencia con el bombardeo mediático que ingulle a los consumidores y los convence de consumir más y más para ser feliz.

Entonces la pregunta es: ¿cuál es el reto para los ambientalistas y ambientólogos bajo este panorama de una sociedad ensimismada en el consumo?. Una sociedad del consumo donde las tendencias que favor del sistema, olvida EL IMPACTO AMBIENTAL ASOCIADO a ello, y que adicionalmente no todos pueden participar en equidad del consumismo, principalmente los sectores empobrecidos, y por lo general son estos grupos que en mayor grado sufren las consecuencias de la contaminación ambiental producto del consumismo, por lo tanto se constituye de la misma manera en una problemática social

En Potosí Bolivia, una de las cuestionables consignas cívicas regionales es «alcanzar el tan ansiado desarrollo económico a costa de lo que sea”, en una de las ciudades más hastiadas y de zonas de sacrificio de Latinoamérica, producto de la minería. Imagínense una sociedad desarrollada, donde adicionalmente se exacerbe el consumismo tristemente asociada a esta forma de «desarrollo» donde la directiva es comprar por comprar para llenar una existencia cada vez más vacía y sin sentido.

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