ANÁLISIS DE APLICABILIDAD DEL DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL CONTEXTO BOLIVIANO: ¡UNA NECESIDAD URGENTE!

Foto: NulfoYala (2022)

La implicancia de la Gestión pública es de amplio abordaje, pues debe responder a las necesidades de sociedades organizadas y retos globales, nacionales y regionales.

Este abordaje ha pasado de ser meramente económico (y su consecuencia inmediata: el desarrollo económico). Las necesidades actuales lo sitúan en un enfoque más amplio, a través de dimensiones sociales y ambientales; para lo cual la cotidianidad exige y demanda un modelo de gestión pública de calidad, donde los gobiernos se hagan cargo de los resultados de sus acciones y promuevan y garanticen una vida digna de sus habitantes y las otras especies que habitan los territorios

Entonces, la historia en definitiva ha demostrado que el modelo de desarrollo actual es insostenible y deriva en múltiples consecuencias en el medio ambiente y la sociedad humana. Para contrarrestar esta situación surge el concepto de sostentabilidad, para equilibrar las principales dimensiones: como el medio ambiental, el desarrollo y la dignidad humana.

En ese marco, los Estados tienen un rol protagónico desde la gestión pública, porque es donde se introducen paradigmas de desarrollo, acertados o no. Entonces, el análisis histórico y de consecuencias de los modelos de desarrollo convencionales, apuntan del desarrollo sostenible, por su implicancia en un desarrollo más inclusivo y con menor impacto ambiental.

Si analizamos el contexto boliviano, se observa claramente que su desarrollo se ve limitado por la deuda histórica de los países “desarrollados”, producto de una economía extractivista y de exportaciones y una obsesión por igualar el desarrollo de los países de centro como una estrategia de acumulación a nivel mundial. Esto sin tener en cuenta que, un país como Bolivia no es necesariamente subdesarrollado, sino que posee una oportunidad innata de adecuarse al modelo del desarrollo sostenible; pues se constituye en un país suculento en recursos naturales; pero que requieren ser conservados para las generaciones futuras y que tendrán como base de su desarrollo, estos recursos.

También, considerando la alta dependencia de Bolivia y otros países de América Latina y el Caribe a la globalización; el desarrollo sostenible ofrece un desarrollo más regional y una alternativa a la división internacional del trabajo que promueve la “especialización” de los países, pero desde una perspectiva meramente de actualidad. Dicha especialización profundiza las relaciones de dominación de los países de centro y los de la periferia, con posiciones divergentes. Con el desarrollo sostenible ofrece una alternativa para ir en contra de las fuerzas concéntricas de la economía mundial, a la par de conservación de los recursos naturales.

Considerando adicionalmente la equidad social que pregona el desarrollo sostenible, las economías más globalizadas que promueven el desarrollo meramente económico – que alimentan al sistema capitalista-  profundizan las desigualdades sociales y por ende la pobreza; no obstante, el desarrollo sostenible apuesta porque cada vez existan menos poblaciones relegadas, y Bolivia, es sin duda, una de las regiones donde más se ha profundizado estas desigualdades.

Como mencionó Soros, el imperio del capitalismo genera una cobertura global pero invisible; y tiene como principal limitante para su expansión la soberanía de los estados, sobre todo en términos territoriales. Entonces, el desarrollo sostenible, aparece como una alternativa al crecimiento de ese monstruoso sistema, que haría más de las suyas si los estados no tuvieran soberanía. Por esta razón las naciones, como Bolivia, tienen como política pública y pregonan la autodeterminación de los pueblos a la hora de establecer modelos de desarrollo acordes a su realidad.

Adicionalmente Bolivia tiene zonas con altos índices de desertificación, que hacen que existan zonas de alta vulnerabilidad a los efectos del cambio climático; donde las alternativas del extractivismo minero y agrícola, no tienen otra opción en lo futuro, que optar por el desarrollo sostenible; pues de lo contrario, estos ecosistemas extremos tienen una amplia posibilidad de colapsar.

Además, se encuentra presente el aspecto pluricultural de estado boliviano, que se concibe como un escenario propicio para la introducción en la Gestión Pública desde los gobiernos y territorios indígena, originario campesino, ya que el patrimonio de sus saberes locales y ancestrales y su relación con la Pachamana y su cuidado, coinciden con las premisas del desarrollo sostenible.

Por último, la alta biodiversidad presente en Bolivia, tanto desde el punto de vista ecosistemas, especies y genética, hace que la Gestión Pública como país, tenga una mayor responsabilidad sobre su conservación. Y como Bolivia ha ratificado el convenio de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, el camino para alcanzar sus metas debe transitarse desde el desarrollo sostenible, desde un diseño participativo e integrador de las potencialidades como país, con visión de futuro.

mileox@hotmail.com

ANATOMÍA DE LA INSOSTENIBILIDAD AMBIENTAL EN EL CONTEXTO POTOSINO

Foto:NulfoYala(2022)

Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.

Una gestión ambiental de manera certera, se constituye en una de las necesidades más imperantes de las sociedades actuales; pero, desde una perspectiva no antropocentrista, no especista; por lo tanto, justa con todas las formas de vida que habitan el planeta y los territorios.

En ese sentido, las sociedades han ido evolucionando en sus dinámicas de interacción con los componentes del medio ambiente, lo cual a lo largo de la historia de la humanidad ha marcado drásticamente el rumbo de la salud del medio ambiente global

Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.

A un nivel territorial más específico, el Municipio de Potosí, no está lejos de esta dinámica de interacción humano – medio ambiente atroz. En ese contexto me permito realizar un análisis del nivel de aplicabilidad e instauración de políticas públicas basadas en el desarrollo sostenible, como una alternativa al desarrollo depredador y un sistema económico tradicional.

Entonces, para poder evaluar su nivel de aplicabilidad a nivel Municipal, es necesario considerar las dimensiones de la sostenibilidad; es decir, dimensión ecológica, dimensión social, dimensión económica, dimensión territorial, dimensión cultural y dimensión geográfica, todas estas indisociables.

Comencemos por la dimensión económica, considerando que el municipio de Potosí tiene desde hace más de quinientos años como la base de su economía, la actividad depredadora y extractivista minera con una escasa diversificación de sus medios de vida. Asimismo, la riqueza generada de esta actividad se concentra en ciertos sectores, como son los “empresarios mineros” y algunos “cooperativistas”. Si bien las actividades mineras que cuentan con licencia ambiental, presentan sus informes de monitoreo, basada en una norma nacional altamente permisible en los umbrales máximos, y ni que decir de las actividades mineras que operan sin licencia ambiental. Asimismo, los costos ambientales acumulados desde décadas atrás y heredados a las nuevas generaciones, en los pasivos ambientales que duermen en un sueño de terror. Pero no todo pasa por las responsabilidades de las autoridades, la sociedad no ha internalizado la magnitud de esta problemática; por ejemplo, existen actividades mineras clandestinas en cercanías a las fuentes principales de abastecimiento de agua potable de al menos el 50 % de la población, caso laguna Masuni (ubicada en el sistema de las lagunas del Kari Kari). Esas aguas son afectadas en su calidad por una posible contaminación. El costo ambiental, social y de salud pública es incalculable, y con seguridad las instancias llamadas a su protección no han destinado presupuesto, para esta terrible contingencia.

En ese mismo orden de ideas y desde una perspectiva de la planificación del presupuesto a través de los instrumentos de planificación como los planes operativos anuales (POAS), se visibiliza una amplia prioridad a proyectos de infraestructura y acciones que fomentan el consumismo de las poblaciones. Solo como ejemplo, en los últimos años el presupuesto destinado para el barrido de las calles es trece veces mayor que el presupuesto destinado para acciones de educación ambiental, que se constituye en el principal instrumento preventivo en la gestión ambiental. Se aprueban normas, como las del día del peatón y del ciclista en defensa de la Madre Tierra, para fines de concientización de la población de la importancia de la calidad del aire; no obstante, a la hora de su ejecución cualquier motivo es válido y forzosamente justificado para sus recurrentes suspensiones.

Todo lo anterior, se traduce en que la dimensión ecología de la sustentabilidad está muy afectada, pues los límites de la naturaleza han sido rebasados, en inmediaciones a actividades mineras y socavada por su mala intervención e inadecuada gestión, sobre todo por las autoridades y actitud de “normalizar” y “naturalizar” la contaminación, por la sociedad en su conjunto. Considerando que, además, ríos de curso sucesivo e internacional nacen en el Municipio de Potosí.

Dentro de la dimensión ecológica de la sustentabilidad, existen proyectos a nivel municipal, para la promoción de la agricultura ecológica a nivel familiar, tal el caso de la Comunidad de Chiutara (comunidad rural cercana a la ciudad de Potosí); sin embargo, estas actividades si bien están empoderando a las comunidades, estos procesos se encuentran en etapa de transición y no se ha consolidado aún, la inclusión en los mercados, lo cual no está instaurado como política pública  que fomente la producción y consumo sostenible.

Respecto a la dimensión social de la sustentabilidad, esta tiene una implicancia amplia juntamente con la económica y cultural, pues los sistemas de dominación de la naturaleza que se ha instaurado y enraizado en la sociedad potosina, ha generado una amplia deuda ecológica en el ecosistema.

La dimensión cultural, es aún más adversa, pues tiene la validación de una sociedad con sujetos pasivos de repetición cultural y de mantenimiento del núcleo familiar minero; lo cual se potencia con la magnificencia de lo histórico que es proporcional al poderío de la degradación ambiental ocasionada por la imperante minería.

Dentro de la dimensión política de la sustentabilidad, ésta se encuentra vinculada a los procesos de democratización y de construcción de la ciudadanía; pero, sobre todo, la instauración de la dimensión de la sustentabilidad en general como política pública. Dentro de las políticas públicas del Municipio de Potosí, no se ha evidenciado ninguna destinada al desarrollo sostenible, quizá solamente a proyectos desde el punto de vista de la temporalidad. Adicionalmente en esta dimensión, en los procesos de democratización de la sociedad potosina existe un escaso fortalecimiento a las organizaciones sociales y comunitarias que trabajan en pro del medio ambiente. Tampoco el Municipio ha instaurado procesos o proyectos para el acceso a la información ambiental generada en la institución, como asunto de democracia en el derecho al acceso a la información, y la autodeterminación de los pueblos. De la misma manera, no se visibiliza políticas públicas de fomento del componente género del desarrollo, es más se ha evidenciado que, al contrario de lo esperado, se ha buscado callar la voz de las organizaciones feministas, desde los niveles del ente deliberante, declarando ciudadanas no gratas (colectivo feminista “Mujer de  Plata”), en una muestra del machismo misógino, de una sociedad que se refleja en sus gobernantes.

Dentro de la dimensión geográfica de la sustentabilidad, la reducción de los planes de uso de suelo, solamente a ciertas categorías de uso de suelo, en el ámbito urbano; siendo que, en el rural no han abordado la planificación a nivel de territorio o bien las escalas de trabajo que son insuficientes. Y es que como Municipio de Potosí no se ha abordado en una planificación territorial en base a estudios previos de las potencialidades y vulnerabilidades de los territorios. Un ejemplo de lo anterior se traduce en el creciente y desbordante de actividades mineras en un distrito municipal rural, como es el distrito 16 (Concepción), territorios que no han sido evaluados previamente para el emplazamiento de las actividades mineras con impactos ambientales a muy largo plazo, como las plantas de concentración de minerales con diques de colas en pulpa; donde, dicho sea de paso, adicionalmente existen especies endémicas de la región.

En esta misma dimensión, las actividades mineras de acopio de minerales e ingenios mineros se encuentran dentro de zonas y barrios de la mancha urbana. Si bien existen proyectos para relocalizar estas actividades mineras a un parque de ingenios, no existe medios económicos para su concretización, tampoco una política de responsabilidad de los empresarios mineros para su reubicación, lo cual se entrelaza con la dimensión cultural arraigada, que lo viabiliza y legitimiza.

Por tanto, el nivel Municipal en Potosí desde las posturas del Desarrollo sostenible,  es débil; por no decir, prematuro o naciente, no internalizado en los gobernantes ni en la sociedad. Algunas iniciativas, como la instauración de huertos familiares, han modificado algunos procesos; sin embargo, las actividades más depredadoras y extractivistas como la minería, no han logrado siquiera modificarse, en el mejor de los casos han instaurado medidas de mitigación, como paliativos forzados. Además, no se están implantado como política pública institucional dentro de sus planes Estratégicos Institucionales y tampoco en los Planes Territoriales de Desarrollo Integral; por lo tanto, carecen de indicadores para evaluar su evolución y avances. Entonces, tristemente este Municipio es un ejemplo de sustitución del capital humano por el capital natural. Hay mucho por trabajar, invertir, transformar y deconstruir, para una transición justa a lo sustentable.

mileox@hotmail.com

REFLEXIONES ACERCA DEL TRANCE TERMINAL DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA BOLIVIANA

La Autonomía está herida de muerte por politiquería y corrupción. Y lo lamentable e irónico del asunto, es que muchos de los que llevaron a esta situación siguen siendo autoridades y dirigentes de las universidades bolivianas.

Los acontecimientos recientes en la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí-Bolivia, se constituyen en un trágico desenlace, particularmente por las 4 vidas y la gran cantidad de heridos producto de la avalancha humana que desembocó en la Asamblea Estudiantil del fatídico 9 de mayo pasado. Aunque la debacle de las universidades públicas, se vive casi cotidianamente con uno u otro acontecimiento que echa cada vez más tierra a la agonizante autonomía; lo acontecido, ha sobrepasado hasta los más pronósticos aventureros de la crisis terminal en la que se encuentran las universidades bolivianas. Nos gustaría pensar que con esta hecatombe se ha tocado fondo, pero lamentablemente se sigue en caída libre, con consecuencias que ojalá no terminen con otros desenlaces tan funestos y dolorosos como lo acontecido.

Esta crisis no es reciente, se ha venido forjando desde hace mucho tiempo. Las intromisiones de la corruptela político partidaria en Bolivia, la formación de grupos de poder, las alianzas de corrupción y mediocridad docente-estudiantil y los más bajos intereses de muchos de los otroras dirigentes estudiantiles, convertidos muchos de ellos en actuales docentes, ha venido consolidando una suerte de «usos y costumbres» en las que se ha normalizado el uso y abuso de poder de estos grupos, en nombre y bajo amparo de la denominada «Autonomía Universitaria».

EL ideario de la Autonomía, fue una conquista revolucionaria, que tuvo su momento culminante en el denominado «Grito de Córdoba» en 1918. Este ideario que le dada la tan ansiada «libertad» a la Universidad en sus reformas, para buscar la liberación de los pueblos, a través de la ciencia y el desarrollo del pensamiento desde cada región y cada contexto para el bien de la humanidad, ha sido vilmente sodomizado y puesto al servicio de los intereses de los que se sirvieron para llegar a espacios de poder y conservar sus privilegios, sean docentes o estudiantes.

Cada época tuvo sus representantes. Como olvidar, por ejemplo, que durante la Dictadura de Banzer (1971-1978) o García Meza (1980-1981), se contaron con operadores y gestores políticos dentro de las universidades, que no solo sirvieron como agentes; sino también, propiciaron las intervenciones, con los posteriores y trágicos desenlaces que pagaron muchas de las víctimas, hasta con sus propias vidas.

Actualmente la situación en las universidades públicas, bajo una aparente y ficticia «apariencia democrática» enarbola discursos de «defensa de la autonomía», con altisonantes parafernalias y compromisos, incluso, hasta de «dar la vida por la autonomía»; cuando, paradójicamente, los mismos que se desgarran las vestiduras, son los que han llevado la situación de crisis hasta el extremo en la que nos encontramos. La institución, al igual que una manzana podrida, salta pus por donde se la toca. Testigos mudos son aquellos docentes y estudiantes, que impotentes observan, como hacen de las suyas todos aquellos que tienen la habilidad para manejar a las masas a su antojo y conveniencia, bajo amenaza y censura, de aquellos que osen cuestionar mínimamente sus mañas y oscuros fines. El miedo a ver truncados los estudios de los estudiantes que realmente entraron a la universidad a estudiar o el miedo de los docentes a quedarse sin trabajo u obligados a someterse bajo amenazas de procesos, pesa más que cualquier acto de valor para la denuncia.

A ello se suma, por supuesto, el contubernio en el que también participan, directa o indirectamente, organizaciones sociales, cívicas e inclusive medios de comunicación, para censurar o ejercer su poder sobre cualquier posible disidencia. Situaciones extrañas y extremas; normalizadas, por ejemplo, en la Universidad Autónoma Tomás Frías, no hace mucho, se reflejó en candidaturas a senadurías, alcaldías y otros, por dirigentes de sindicatos y autoridades académicas, que cínicamente, no tuvieron el mínimo reparo en participar de estas contiendas políticas, aún sin haber renunciado a sus cargos dentro de la universidad. O el caso de las contrataciones recientes de asesores, que en su momento fueron actores o candidatos políticos conocidos, pese al periodo de austeridad económica actual, en la que están expresamente prohibidas las contrataciones de nuevo personal.

La conclusión es evidente, la Autonomía solo ha servido y sirve para los intereses de grupos de poder o grupos políticos que operan a través de las universidades, para sus bajos y mezquinos intereses políticos, aún a costa de usar, manipular y corromper a los estudiantes y docentes, para sus fines. Lo vergonzoso y lastimero del asunto, es que muchos nos damos cuenta de esto, pero no hacemos o no podemos hacer nada. La censura se amplía también a estratos político cívicos. Actualmente, por ejemplo, la dirigencia cívica de Potosí, está conducida desde la universidad. El recuerdo de las persecuciones, golpizas, amedrentamientos, bloqueos, tapiados (hasta incluso de la Fiscalía), quema de cortes electorales y otros cometidos por algunos denominados cívicos (actualmente algunos prófugos de la justicia) está reciente en la memoria de las víctimas. Todo ello sin contar la corrupción y la extensa documentación; como los hechos publicados en el informe del Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción en el 2015 o el amplio reporte de casos publicados en periódicos de circulación de Bolivia.

La Autonomía está herida de muerte por politiquería y corrupción. Y lo lamentable e irónico del asunto, es que muchos de los que llevaron a esta situación siguen siendo autoridades y dirigentes de las universidades. Actualmente se viene desarrollando el XIII congreso de Universidades, y se ha sembrado en la mente de toda la gente (a través de algunos medios de comunicación funcionales y el aparato propagandístico) que, en este espacio se buscará solucionar los problemas de la universidad boliviana. Pero se olvidan decir que, los actores (o sus herederos) de esta situación siguen omnipresentes, organizando, manipulando, haciendo pactos de mediocridad, corrompiendo y comprando conciencias; siguen aquí, como un cáncer terminal, frotándose las manos de satisfacción, pues el discurso y los aliados cambian, pero sus fines aciagos y oportunistas, nunca. Ya lo dice el refrán «maña y figura hasta la sepultura».

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EXPERIENCIAS EN PRODUCCIÓN DE HORTALIZAS EN LA COMUNIDAD CHIUTARA EN EL MUNICIPIO DE POTOSÍ

Bolivia es un país mega diverso; en biodiversidad, ecosistemas, pisos ecológicos. Y desde el punto de vista de la producción de alimentos, existen una multitud de posibilidades, que se han adaptado a las condiciones de los ecosistemas. Es en ese sentido, la producción de hortalizas en nuestro país es amplia, desde los llanos orientales hasta el altiplano.  En la región altiplánica la producción es principalmente en carpas solares, por las características imperantes del clima.

La región del Municipio de Potosí no está exenta de la producción de hortalizas; es así que, durante los días 17 y 18 de febrero del año 2022 se realizó el curso de capacitación sobre producción de Hortalizas. Curso organizado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), la Carrera de Ingeniería Agronómica de la UATF, Fundación ACLO, la Jefatura de Promoción a la Inversión del Municipio de Potosí y la institución Contexto. En el que participaron colectivos de activistas, productores, estudiantes universitarios y profesionales.

El curso abordó temáticas dentro de la cadena productiva de las hortalizas en el Municipio de Potosí, con las facilitadoras: Ing. Claudia Sainz e Ing. Carmen Villarroel, expertas en la temática.

El Colectivo ACONTRAVIA.COM que, aglutina a activistas sobre Medio Ambiente, Filosofía y Derechos; participó en dicho curso. Destacándose la importante y urgente necesidad de realización de este tipo de cursos e iniciativas, donde exista diversidad de actores, de manera que se pueda realizar un dialogo de saberes desde la co-construcción del conocimiento entre todos.

El primer día ha sido bastante fructífero, pues se han abordado aspectos teóricos de amplía relevancia en relación a la producción de hortalizas; pues no olvidemos que la teoría es el soporte dinámico de los procesos de construcción del conocimiento. Rescatándose como aprendizaje de esta jornada aspectos fundamentales, como la importancia de un buen manejo; pero, sobre todo, la relevancia e importancia de producción ecológica, no como mera publicidad de alternativa para los ambientalistas, no por moda; sino, como una necesidad urgente e imperante y uno de los retos más fundamentales para la agricultura contemporánea.

El curso, además, ha facilitado herramientas practicas a través de una seria de habilidades y competencias basadas, por ejemplo, en soluciones que se encuentran en la misma naturaleza, como es el Manejo Integral de Plagas, donde la relación depredador – presa hace posible controlar ciertos desequilibrios en los agroecosistemas, por medio de relaciones ecológicas de equilibrio que la naturaleza y la evolución han creado: las mariquitas se comen a los pulgones y permiten un sano convivir entre meso fauna, suelo y planta ¡ qué maravilla!

También se ha podido observar también que los productores de la comunidad de Chiutara, del Municipio de Potosí, se están organizando y están haciendo posible una producción de hortalizas en carpas solares; si bien no cuentan con una certificación de Productores Ecológicos, su tramitación está en ese proceso. Evidenciándose, además, el fortalecimiento de sus capacidades, ampliando su horizonte en la variabilidad de productos sembrados y cosechados. Algunos productores cuentan, incluso, con sistemas de riego artesanal, cuya eficiencia en el uso de agua es mayor en comparación a un sistema de riego por aspersión comercial. Asimismo, uno de los productores, don Hugo Garnica, cuenta con paneles solares como fuente de energía para alimentar y funcionar su sistema de riego por aspersión a campo abierto, lo cual hace que su producción tenga varios de los componentes desde el punto de vista de la sostenibilidad y sustentabilidad Ambiental.

 

El reto mayor de los productores de esta región es entrar de lleno en la producción ecológica certificado; y a la par, el otro reto importante, es buscar mercados para su comercialización. Mercados justos y equitativos, espacio donde se posibilite la tan ansiada relación estrecha entre consumidores y productores ecológicos, donde se impulse un sistema de producción de alimentos sostenible y sustentable.

Es por esta razón que, como Colectivo ACONTRAVIA.COM, entendemos que la agroecología a través de una agricultura ecológica evaluada de forma sistémica y ordenada, es la mejor y más justa solución para poder afrontar el desafío de la alimentación en nuestros territorios. Una alternativa justa con el medio ambiente, con los pueblos, con la salud de los consumidores y con las economías comunitarias.

mileox@hotmail.com

 

ACERCA DEL ENCUENTRO DE ACTIVISTAS “DEFENSORES DE LA NATURALEZA Y EL DERECHO A UN MEDIO AMBIENTE SANO EN BOLIVIA” (11, 12 y 13 DE NOVIEMBRE DEL 2021 , LA PAZ- BOLIVIA)

Dicen que las casualidades no existen, que los similares se buscan y eventualmente se encuentran producto de una mecha encendida donde se aviva  la lumbre; lumbre de individuos con  caminos hilados, pero con un mismo tejido.

Los tejidos sociales de defensores de la naturaleza, del sustento de la vida como la conocemos, esta vez, unidos por UNITAS (Unión Nacional de Instituciones de trabajo por la Acción Social) y líderes del país acoplados por LIDEMA (Liga en defensa del Medio Ambiente) en un viaje astral de encuentros, de reencuentros, de compromisos, de reafirmación de la convicción de defensores.

Tres días de ardua labor: 11, 12 y 13 de noviembre de 2021, en el curso nacional “Derecho a un ambiente sano y derechos de la Naturaleza, Defensores ambientales defensores de la Vida, desarrollado en La Paz Bolivia”. Donde coincidieron y se encontraron luchas y causas comunes, en pro de la vida en todas sus formas.

Primer día del evento ya todos sabíamos a qué rumbo apuntar el trabajo: consolidar la sinergia como defensores de la naturaleza, en el segundo día;  y  pues claro,  ha sido exitoso, pues el día tercero ya habíamos creado una plataforma donde los integrantes del tejido convergimos, donde nuestras luchas por los derechos de la naturaleza no sean aisladas, anuladas, criminalizadas; donde exista paciencia y acompañamiento en momentos espinosos del tramo de la defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente sano. Un defensor ambiental informado es un defensor  consagrado a su causa.

Y a propósito de defensores, alguien dirá: ¿Por qué  defensores de la naturaleza y de un medio ambiente sano? Porque la naturaleza tristemente necesita ser defendida; defendida de intereses, de modelos económicos globales, de transnacionales, de nacionales. Defendida de la desinformación, o la información no fidedigna, tergiversada o robada. Coincidimos, también, que acaecerán días negros, sin duda, habrá días ausentes de ímpetu; pero lo que no pasará es que la lumbre se apague, pues su energía es inconmensurable, es alternativa, es amigable con la “pacha” (tierra) y amigable con sus componentes. Pero también estamos conscientes que en el proceso de defensa habrá otros tipos de hogueras, con energías robadas, manchadas, fósiles; que, desde luego, a diario buscarán invisibilizar las sinergias y las luchas. No obstante, las estrategias son clave, claves para reducir las criminalizaciones, los riesgos en el tramo de la lumbre.

Pero el curso ha demostrado que no todo es luctuoso, los tejidos son firmes, son de Churqui (Acacia caven Mol.) y tienen Ñec´ke (fuerza); son cimientes de la lucha, por los ríos que fluyen, que cuentan historias felices y tristes en sus trayectos, dolor por contaminación, dolor por extractivismo, por el crecimiento  maligno a costa de la “pacha”; pero que también cuentan memorias de nevados nacientes y de ríos infantes.

En el proceso se han adherido al tejido “tomadores de decisiones” no liadas, cual hilachas del tejido; metidos en sus entrometidos intentos de protección y aparente defensa del medio ambiente; sin tiempo para lo que requiere tiempo; pero, eso sí,  siempre listos para figurar.

También es sabido que con la  plataforma no basta, el tejido requiere sustrato, alimento; por lo que la convicción de sus integrantes es la tierra fértil. Se requiere de nexos, de diálogos, de hacer comunidad, de buscar alternativas al rumbo de la defensa. Cuestionar el desarrollo, el crecimiento, los métodos y estrategias con los cuales defendemos y luchamos. El clamor de las luchas a quienes las dirigimos y como lo hacemos. Con métodos de incidencia sobre la importancia de la naturaleza, diferenciados por estratos, por edades y comunidades.

Es por eso que, los retos empiezan y se reafirman: fortalecer las plataformas de defensores y activista desde nuestros lugares de trabajo, desde los municipios y departamentos. No fue casualidad que los defensores nos buscamos y nos encontramos; ahora, es imparable el proceso, pues mientras el mundo vaya por la vía de la destrucción masiva de la naturaleza, los defensores siempre iremos a “acontravia”

Es así que, desde el Blog “acontravia.com”, como integrantes del tejido sinérgico, asumimos este compromiso con lumbre de energías alternas, siempre que exista vulneración a los derechos de la naturaleza; y mientras unos transiten hacia cosificar la naturaleza, nosotros siempre transitaremos rutas de libertad.

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EL CAUDILLO MESIÁNICO FASCISTA Y EL MOVIMIENTO IDENTITARIO REGIONALISTA-SEPARATISTA EN BOLIVIA. EL PELIGRO LATENTE PARA LA INTEGRIDAD Y LA DEMOCRACIA DEL PAÍS

Foto: nulfoyala@(2021)

El peligro se siente en el aire, está presente, crece y se hace cada vez más poderoso. El fascismo no está jugando, se mantiene expectante para dar la estocada final y fulminar todo lo que se interponga en sus fines. Por ahora, fingir el juego democrático es conveniente; pero luego, sacará las garras y los dientes; y sin compasión, arremeterá para imponer su voluntad, desde y a partir del ideario y construcción identitaria regionalista. Es previsible que, una vez consolidado el separatismo, se convertirá en una doctrina federal-nacionalista “cruceña”.

Días atrás, titulares de la prensa boliviana han reseñado la polémica por el desconocimiento del valor simbólico y como Símbolo Patrio de la Whipala en los actos protocolares del CCXI aniversario del Grito Libertario del Departamento de Santa Cruz, realizado el 24 de septiembre del 2021. Este acto polémico culminó con la negativa del Gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, de otorgarle el uso de palabra al presidente en ejercicio de Bolivia, David Choquehuanca, con la justificación de que, al haber izado la Wiphala en el atrio sin permiso de “los dueños de casa”, fue una provocación y una ofensa para el pueblo cruceño.

Este acontecimiento, no constituye un hecho aislado; más aún, se constituye en un nivel más en la escalada de tensiones que se va generando, de un tiempo a esta parte, en pro de la reactivación de la confrontación y situación de conflicto en el País, cuyos fines principales intentaremos desentrañar en este artículo de opinión.

Es necesario, inicialmente, dirigir nuestra atención a la problemática de la identidad y tradición que se asume como agraviado por la iza de la Whipala, símbolo “extraño” e impuesto. Este supuesto agravio surge a través de la exaltación y creación de raíces étnicas y culturales con un profundo sentido tradicionalista; buscando justificar un sentido forzoso de una identidad construida y diseñada, para mostrar un destino común hacia la grandeza y prosperidad a partir de esa identidad asumida. Identidad diseñada a la medida de un conservadurismo separatista, que responde sobre todo a intereses económicos y de clase; cuyo objetivo final es buscar el poder político permanente, basado sobre todo, en la construcción de un sentido histórico. Buscando responsabilizar de los problemas y la imposibilidad de su realización por el “extraño”, el migrante de otras regiones o las políticas centralistas del gobierno; que, supuestamente interfieren con los designios de grandeza a los cuales está destinado el pueblo para el completo desarrollo y aplicación de su modelo-identidad “cruceño”, según se hace ver por los artífices de esta construcción.

Más allá del derecho legítimo a la construcción y reivindicación cultural permanente, a la que tienen derecho los pueblos; lo peligroso del asunto surge cuando se busca direccionar y distorsionar el sentido de identidad, a partir de la exclusión, rechazo o la discriminación del otro. Y esto se demuestra en el acto de denegación a la iza de un símbolo patrio, cómo es la Whipala; manifestándose, por sus detractores, que este símbolo no representa, y por ende es una provocación, a la región. De esta manera, este sentido de identidad se moldea hacia una posición de confrontación directa y excluyente; qué se constituye, además, un desafío hacia el sistema legal y político; y por ende, hacia la Constitución misma del estado boliviano. De manera que, si esta identidad direccionada no se siente representada dentro de la nación en la cual se encuentra, será cuestión de tiempo la inminente separación de esa nación, bajo el argumento del derecho a autogobernarse según lo manda la necesidad del sentido de su identidad amenazada.

Este encaminamiento de la identidad hacia la exaltación de sus tradiciones, busca en el fondo una pureza étnica y cultural. Un sentido incuestionable de uniformidad dentro del ideario establecido sobre los constructos identitarios. Y aunque, inicialmente se enarbolan discursos de integración de pueblos indígenas u otros sectores de la población, que no son nacidos en esa región, más temprano que tarde estarán obligados a asumir la decisión de estar dentro o fuera del movimiento identitario. De decidir, si se pertenece a la región, su identidad y sus principios; o, a  marcharse si no comparte el sentido ideológico de esta identidad excluyente.

Lo llamativo del asunto es que, se viene reivindicando un movimiento supuestamente democrático o que busca una democracia; pero, democracia no es exclusión, y de ninguna manera debería asumirse como causa de amenaza o provocación, el acto de izar una bandera; más aún, cuando este emblema está reconocido por la legislación del Estado Boliviano. De esta manera el discurso democrático qué enarbolan los caudillos del movimiento separatista, se cae, por este tipo de acciones de intolerancia y exclusión.

Este tipo de actos de reivindicación y direccionamiento hacia una identidad separatista, busca reafirmar el liderazgo caudillista: peligroso y fascista, que se van enquistando de manera sutil pero progresiva en el sentido de pertenencia y reafirmación en el sentido de identidad regionalista de la gente; a través de un proceso de manipulación mediática por los medios de comunicación que están al servicio de los grupos de poder y que, por supuesto, están también detrás de este movimiento regionalista-separatista.

Este movimiento regionalista-separatista, viene siendo caracterizado desde un tiempo a esta parte, además, por promover un rechazo y desprecio hacia todo aquello identificado cómo externo y extraño a ese constructo identitario: el sentido de los camba o de lo cruceño puesto en contraposición antagónica frente a lo colla, a lo andino. De esta forma, la estrategia de moldeamiento y construcción identitaria, se desarrolla por la reafirmación permanente de este sentido de identidad regionalista, supuestamente tradicional e histórica; en el que, por supuesto, no encaja lo “andino” del occidente boliviano. Esto no obstante, y paradójicamente, de la ascendencia andina o del origen étnico de regiones tan dispares como los Balcanes, de dónde provienen, también, muchos de los ascendientes de los caudillos separatistas que dirigen hoy este movimiento.

La debilidad y fragilidad de este discurso identitario separatista, se contrasta con la diversidad y sincretismo cultural, que caracteriza hoy en día a la idiosincrasia cultural e identidad boliviana; más aún, en la región oriental y específicamente en el departamento de Santa Cruz, donde muchas manifestaciones culturales andinas han sido asumidas como propias y son practicadas cotidianamente en las diversas actividades sociales y manifestaciones culturales y recíprocamente, también, en cada una de las regiones del país. La tendencia hoy en día es que, este sincretismo se vaya profundizando; y se transforme en un mosaico y amalgama cultural rica en diversidad, tradición y costumbres.

Este hecho es intencionalmente desconocido por los grupos de poder y por el caudillismo fascista que se va incubando en esta región. Se ha venido utilizando hábilmente, el desencanto social y la frustración “in crescendo” a partir de la reelección indefinida de Evo Morales, que fue contrario a una voluntad del referéndum; lo cual ha sido hábilmente capitalizado en muestras y manifestaciones permanentes de exaltación de la voluntad popular a través de un peligroso caudillismo fascista; que recogió y articuló, juntamente los grupos de poder político y económico de extrema derecha, este sentir para generar el derrocamiento del gobierno boliviano en el 2019.

Dado que las masas, tradicional e históricamente, han sucumbido a las acciones y gestos temerarios de sus caudillos, en situaciones de confrontación; no ha sido difícil la exaltación, con cierto aire de divinidad para sus acólitos, de este liderazgo fascista y regionalista-separatista. Está aún reciente el recuerdo en la memoria, cuando arropado por militares y policías; y ya, con el gobierno derrocado en el 2019, cómo el líder del derrocamiento, ingresó al palacio de gobierno con biblia en mano y dos rodillas ante su divinidad, consumó su acto de exaltación mesiánica, como caudillo ungido por la voluntad de dios.

Ahora, el caudillo mesiánico se ha entronizado del poder regional con el que fue electo como Gobernador de Santa Cruz. Se ha transformado, a sí mismo, en la voz del pueblo. En la voz de dios que habla a través de su boca; en el caudillo mesiánico qué no solo ve como su posesión privada a todo un departamento; sino que, se arroga, incluso, ser uno e indivisible con el pueblo “cruceño” que dice representar.

Actualmente, el discurso regionalista-separatista denota una exacerbación agresiva de un regionalismo intolerante y excluyente con todo aquello que sea considerado diferente, o que represente una amenaza a sentido identitario moldeado por un conservadurismo hecho a la medida de los intereses de grupos de poder detrás del movimiento. Ya se observa, por ejemplo, cómo comienza a exigirse subordinación al supuesto supremo interés de la región; que, por supuesto, está intrínsecamente ligado a la voluntad del caudillo.

A ello se suma una permanente convocatoria para la movilización y la acción de las masas; a partir de la creación de un escenario en el que se muestra que la región, que dice defender, es víctima de supuestos avasallamientos,  imposiciones culturales, imposiciones económicas e incluso imposiciones ideológicas. De esta manera, las masas se mantienen alertas y en permanente acción defensiva; que, fácilmente, pueden derivar en cualquier momento a una acción ofensiva y descontrolarse en actos de violencia y confrontación que trágicamente podrían derivar, incluso, en una indeseada guerra civil, como pregonan, en redes sociales, las voces más radicales del movimiento separatista.

Bajo este discurso regionalista y separatista, se hace un llamado permanente para una unificación de estilo corporativista, unas veces por prebendas y otras por miedo. Se convocan a empresarios, organizaciones sociales trabajadores; e incluso ahora, a sectores indígenas y campesinos, que históricamente han sido explotados y avasallados hasta la servidumbre, por los mismos hacendados y terratenientes que ahora dicen apoyar y juran reconocer sus derechos como pueblos originarios. Paradójicamente, también, estas mismas clases de otrora, ahora resultan en defensores de los recursos naturales y territorio, cuando son los principales explotadores de la naturaleza y comercializadores de tierra y territorio con fines de acumulación económica.

Sin embargo, fue durante el golpe de estado del 2019, que ha sido revelado el verdadero rostro fascista de este caudillismo mesiánico sustentado por los grupos de poder económico y político. Durante el cruento golpe de estado, donde se ha masacrado inmisericordemente a ciudadanos bolivianos, han sido grupos militares, policiales y grupos irregulares parapoliciales, quienes juntamente con los comités cívicos se han puesto al servicio de los delirios fascistas del caudillo mesiánico, todo ello con la bendición de algunos jerarcas de la Iglesia Católica. Tristemente, se ha observado cómo se sembraba miedo y se imponía el autoritarismo de los operadores del gobierno de facto, elegidos para tal fin. Resulta hasta patético, por ejemplo, el show mediático con el que se pretendió ensalzar la movilización de “las ollas comunes” en un stand de la reciente FEXPO en Santa Cruz; cuando es un recordatorio, para muchas personas, de los abusos, persecuciones, encarcelamientos, tapiados de instituciones públicas, personas humilladas y denigradas, funcionarios obligados a renunciar por los abusos y agresiones de estos grupos parapoliciales fascistas. Es, también, triste y lamentable, cómo estos mismos Comités Cívicos, añoran esas épocas: pronunciamientos, manifiestos, amenazadas, convocatorias y otras acciones para la sedición en pleno 2021. Todo ello es un doloroso recordatorio que, en Bolivia, las acciones sediciones gozan de impunidad, incluso permisible por el actual gobierno que fue derrocado, precisamente por estas acciones. Al parecer el cálculo político, el miedo a perder el poder o la conveniencia política oportunista, tienen más peso que el peso de la justicia.

Estos posicionamientos fascistas están lejos de terminar. Los Comités Cívicos siguen destilando odio e intolerancia hacia el disenso o la oposición. No están lejos las acciones a las que fueron sometidos ciudadanos, prácticamente, condenados a una muerte civil, cuyo supuesto delito fue pertenecer al partido político derrotado o por no seguir los mandatos autoritarios de los caudillos cívicos entronizados, que dicho sea de paso, tenía licencia para todo, durante el fatídico golpe de estado del 2019. Estas persecuciones, vejámenes y abusos, pueden activarse en cualquier momento. Siempre comienzan con los famosos paros cívicos movilizados, que son acciones fascistas de hecho, dirigidas contra los derechos y libertades de la misma gente que dicen representar. La estrategia cívica es espeluznante: estrangular y torturar al pueblo que dicen amar para sus ambiciones desmedidas de poder, imponiendo el terror fascista en cada acción de sedición que se organiza. La doctrina del terror cívico: “quién no está con los intereses del pueblo (que por supuesto son los intereses de los cívicos) está contra el pueblo, y el pueblo (entiéndase como caudillos cívicos) tiene del derecho de tomar todas acciones necesarias contra aquellos que estén en contra”.

Si bien, el movimiento regionalista-separatista y su caudillo mesiánico, en el pasado, por conveniencia y oportunismo político, se ha pronunciado por un supuesto respeto hacia lo diferente “andino” o “externo” con relación a su carácter identitario; hoy en día, ya no es necesario fingir. El racismo exacerbado no puede contenerse y tampoco se evita. Este racismo no es reciente, ha sido alimentado durante años, difundiendo un sentido distorsionado de superioridad de lo «camba» frente a lo «colla», identificado como lo “extranjero” pese a ser parte de una misma nación y lo ajeno al modelo-identitario “cruceño”.

Es así que, el acto de desprecio hacia un Símbolo Patrio, como es la Whipala, más allá de las connotaciones políticas y legales, refleja un profundo acto de intolerancia y racismo. Más aún, cuando proviene de una autoridad regional qué fue electa democráticamente y que al parecer olvida que más de un 45% no votó por él y dentro de los que votaron se encuentran, paradójicamente, personas que se identifican culturalmente con la Whipala. Es previsible que este acto político de provocación repercutirá en la profundización del racismo, ya exacerbado por este movimiento separatista; generando un clima de tensión, que podría fácilmente derivar en una confrontación de imprevisibles consecuencias.

Al parecer es un acto deliberado lo manifestado por el caudillo mesiánico, cuando dijo: «vamos a terminar lo que comenzamos…». Bajo un escenario de confrontación se podría re articular  un escenario de movilización y conflicto en el país. No deja de llamar la atención, por ejemplo, el conflicto de los cocaleros de los Yungas, cuestiones como quién está detrás de estas confrontaciones, qué intereses políticos hay de por medio, quién financia las movilizaciones y otras cuestiones quedan en el aire. Una convulsión social favorecería al caudillo mesiánico y al movimiento regionalista-separatista; pues, entre otros aspectos, consolidaría y unificaría el movimiento en torno a él cómo figura insustituible del movimiento. En un eventual y con un escalamiento del conflicto y confrontación favorecería la estrategia fascista del caudillo mesiánico. Las masas que lo siguen, al verse confrontadas, no tendrían otra opción que asumir acciones de hecho, pues estarían defendiendo su región su identidad y su cultura.

Esta vez el objetivo de un eventual intento de golpe de estado, no sería tanto tomar el poder nacional; si no, ganar una posición estratégica para consolidar los fines separatistas. Desequilibrar el poder del país para independizarse. No existe un mejor escenario para lograr la ansiada separación, que un país dividido y en conflicto, asfixiado por las movilizaciones. Lo patético del asunto es que, seguramente, los Comités Cívicos y grupos de oposición política del país van a seguir ingenuamente el juego de confrontación, pensando que ganarán poder político; y, sin embargo, serán utilizados y luego descartados cuando se consolide una separación definitiva. En este escenario qué es el objetivo final de estos grupos de poder y del caudillo mesiánico elegido para este fin.

Detrás de la máscara de demócrata, de cualquier caudillo mesiánico, se encuentra un profundo delirio de poder. El arrogarse la voluntad de todo un pueblo para convertirse en un mesías salvador y utilizar acciones fascistas, disfrazadas de fundamentalismo religioso, lo convierte en un potencial peligro para la paz y la convivencia democrática. Históricamente han existido varios caudillos mesiánicos fascistas, todos ellos con grandes delirios megalomaníacos y profundas actitudes narcisistas. Creyendo ser los elegidos, por la voluntad de dios, para salvar a su pueblo de los enemigos externos que lo amenazan. Estos caudillos mesiánicos fascistas casi siempre pretenden o simulan ser personas del pueblo, al respecto, recuérdese la fotografía en las redes sociales del caudillo mesiánico del movimiento regionalista-separatista, tomándose un helado; sentado humildemente, en el puesto de venta, pero olvidando el pequeño gran detalle de qué las personas del pueblo no usan trajes de marca y tan caros para posar en una foto.

Otra de las habilidades de todo caudillo mesiánico es la manipulación de las masas. Históricamente, se ha visto cómo a través de un trabajo propagandístico, con ayuda de algunos medios de comunicación y, por supuesto de operadores políticos, se utiliza a la gente para la consolidación del poder en torno a su figura. Trabajadores, empresarios, desempleados; y, ahora, hasta grupos indígenas son movilizados; no solamente como una forma de demostración de poder político, sino también como un medio hábilmente camuflado para lograr el objetivo final, ya referido líneas arriba: el separatismo y la independencia, y con ello, el control del poder total. Los discursos de federalismo o reivindicación de mayor autonomía, solamente son decoraciones discursivas y retóricas. El fin último es la consolidación del poder político en el líder caudillo y los grupos de poder económico que están detrás de estos movimientos. Para ellos, por ahora, es conveniente jugar al juego democrático; pero, no se dude que, en el momento indicado se va utilizar todos los recursos disponibles para imponer su dominio. Y en ese momento de nada servirá a las masas darse cuenta que han sido utilizadas. Será demasiado tarde. El monstruo del fascismo emergerá pisando a todo aquel que se interponga en su camino, así sean los mismos trabajadores, empresarios, indígenas y demás que en su momento se creyeron el cuento que la lucha era por ellos; incluso los grupos de poder que ahora lo respaldan, en el momento indicado podrían estorbar. Más temprano que tarde, una vez tomado el poder total, gobernará el miedo, el control de la verdad, la censura de la disidencia. Una vez que no sea necesaria la sutileza, la máscara del fascismo caerá y enseñará su verdadero rostro de autoritarismo, tiranía y dictadura.

Además no debe olvidarse que, detrás de este movimiento están, también, intereses geopolíticos internacionales de poder. No es secreto, por la amplia documentación que circula en las redes que, el golpe de estado en Bolivia del 2019; contó con el apoyo organizativo, material e incluso financiero de varios países y grupos empresariales. La articulación de un movimiento cívico, militar y policial no fue circunstancial y espontáneo, fue organizado y planificado con varios años de anticipación; y, movilizó, por su puesto, grandes cantidades de dinero para sostener los bloqueos, articular los motines policiales-militares y la logística de las movilizaciones durante ese periodo.

El peligro se siente en el aire, está presente, crece y se hace cada vez más poderoso. El fascismo no está jugando, se mantiene expectante para dar la estocada final y fulminar todo lo que se interponga en sus fines. Por ahora, fingir el juego democrático es conveniente; pero luego, sacará las garras y los dientes; y sin compasión, arremeterá para imponer su voluntad, desde y a partir del ideario y construcción identitaria regionalista. Es previsible que, una vez consolidado el separatismo, se convertirá en una doctrina federal-nacionalista “cruceña”.

De nada servirá discursos pachamamistas de equilibro, amor y fraternidad cósmica. No debe subestimarse al fascismo. Para el fascista no importan los medios para conseguir sus fines de control y poder total. El movimiento fascista-separatista, no es un simple hecho aislado por un grupo de desubicados, como se pretende hace ver por algunos políticos y gobernantes. Es un movimiento muy bien planificado y organizado que cuenta con gran cantidad de recursos, financiamiento, logística y apoyo exterior. Aunque el fascismo, por esencia, no tiene ideología, gran parte del apoyo canalizado por este movimiento viene de la ofensiva política contra las ideologías socialistas y de izquierda. Ya se ha visto su capacidad de movilización en el pasado; se ha visto, también, la capacidad de manipulación de las masas y sus acólitos; que no hace mucho pedían, incluso de rodillas, un golpe militar contra la democracia. Esta vez el fascismo no tendrá compasión, si se les da otra oportunidad para retomar el poder, no dudarán en aplastar y destruir, con biblia en mano incluida, al que se interponga en su camino.

No se debe olvidar; y, debe ser un recordatorio permanente, lo dicho por Martin Niemöller, sobreviviente de los campos de concentración Nazi:“ Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí”

nulfoyala@gmail.com                    https://twitter.com/nulfoyala

LA DEBACLE DE LA CRISIS POLÍTICA EN BOLIVIA ¿EXISTIRÁ LUZ AL FINAL DEL TUNEL?

Dibujo: MiniFabiola@(2020)

La incertidumbre y conflicto de poder en Bolivia no da tregua. El último campo de batalla se dio en las carreteras con los famosos bloqueos. Demás está decir, que estos medios de protesta tan ampliamente utilizados y aceptados, no solo se han convertido en parte del imaginario colectivo de lucha en Bolivia; sino también en un eficaz mecanismo de desgaste al contrincante político, usualmente en el poder, a través de la asfixia del pueblo que se ve privado del derecho a la libre circulación y locomoción garantizada por la Constitución Política del Estado. Pero, los derechos en Bolivia, casi nunca han sido totalmente aceptados y menos respetados. Se ha visto, por ejemplo, cómo en este último bloqueo convocado por la COB y el Pacto de Unidad, los bloques cívicos y políticos del gobierno, se han desgarrado las vestiduras alegando incluso “crímenes de lesa humanidad” por la imposibilidad de transporte de oxígeno durante la pandemia, lo que, desde ya, es deplorable; pero, por supuesto, tampoco hay que caer en la ingenuidad para tragarse todo el discurso y la parafernalia de los grupos de poder que utilizan y utilizarán cualquier conflicto a su favor, para sacar rédito político y echar las culpas de los males del mundo al partido político MAS y a su caudillo demócrata Evo Morales; que, en su momento, como mal capitán, dejó el barco naufragando. Lo paradójico y cínico del asunto; es que, esos mismos que se rasgan las vestiduras, bloquearon, también, maratónicamente; estrangulando como siempre al ciudadano que se encuentra, sin querer, atrapado en los embates y las angurrias de poder de los “mercenarios políticos”, cuyo único interés es imponerse y utilizar la maquinaria del estado para sus fines políticos y económicos. La lógica cínica aplicada para justificar sus acciones de doble moral es el discurso de: “Nosotros – los buenos- bloqueamos por democracia y ellos –los bestias- bloquean por ser terroristas”. Lo funesto del asunto, es que toda la maquinaria propagandística del gobierno, realiza un buen lavado de cerebro en sus adeptos, haciéndoles creer la consigna de que: “nos quieren arrebatar la democracia”, o peor aún, apelando al chantaje emocional de las consignas nacionalistas al estilo de: “la patria está en peligro”, como si los que reclamaran, justa o injustamente, no fueran también parte de la patria. La doctrina del “enemigo interno” se activa para perseguir, desactivar y anular al enemigo.

En un país, donde se vulneran los derechos humanos, como lo sucedido en las masacres de Senkata y Sacaba – y también con una brutal persecución por el aparato judicial al servicio del poder de turno- resulta casi irrisorio tratar de persuadir y llamar a la reflexión y racionalidad. El poder no entiende razones, más que aquellas que le permiten aplastar al enemigo. Y por tanto, no se puede esperar que sigan el juego democrático y sus reglas. Una vez probado el poder, para los políticos (tómese como politiquero), es difícil dejarlo, sea por miedo o  por dependencia por adicción. Y por tanto, cualquier acción o intento de reivindicación de derechos será tomado como subversivo y clasificado como “terrorista”.

Esta suerte de acontecimiento, lamentablemente, se ha suscitado por los intentos desesperados de perpetuarse en el poder de estos grupos de poder que, con el apoyo de los cívicos, militares y policías, tomaron el gobierno. Al parecer, es cierto aquello de que: todo tiene su precio y estos grupos lo saben; pues tienen el poder económico y suficientes recursos para allanar las mentes y las conciencias; a través del odio, la manipulación y la desinformación; que hoy en día, sobreabunda en las redes sociales. Es bien sabido que, detrás de todo interés político, existe también un interés económico y, lógicamente, el control del gobierno garantiza el retorno de su inversión. Por supuesto; también existe el ingrediente- no menos importante- geopolítico de los intereses imperiales, para los cuales, aunque Bolivia sea un botín pequeño, no deja de ser un botín, especialmente por el litio, en la actualidad. Cumpliéndose, en consecuencia, aquello de que: “nuestra riqueza es nuestra maldición”. Y al final -más allá del exabrupto de Elon Musk, corresponsabilizándose de los golpes de estado, por recursos como el litio- no deja de ser evidente, históricamente, que todo se confabula en una misma agenda de intereses geopolíticos, de conveniencias afines y complementarias: “ si tú me sirves  y yo te ayudo”.

La pérdida del poder político de las denominadas “organizaciones sociales” y los sectores sociales identificados con las políticas del anterior gobierno, terminaron de eclosionar por los galopantes actos de corrupción-como el caso de los respiradores, sobreprecios de insumos médicos, cobros irregulares en empresas estatales, etc. -, suscitados durante el periodo del denominado gobierno transitorio; y sobre todo, por la forma tan política con la que se manejó el tema y las fechas de las elecciones nacionales. La justificación de los picos, riesgos de contagio y demás, se vinieron abajo, con las concentraciones que protagonizaron, incluso, los adeptos del gobierno: grupos de choque irregulares de tinte paramilitar, como la Resistencia Juvenil Cochala (RJC) -que aparentemente tienen el visto bueno del gobierno para enfrentamientos y desbloqueo – o el llamado a concentraciones masivas del Comité Cívico de Santa Cruz, que también movilizó a sus adherentes, sin consideración de ninguna medida de prevención, con el propósito de desbloquear por la fuerza.

Las fuerzas armadas y policiales estuvieron en apronte, esperando la orden. La maquinaria bélica se activó. Circularon incluso, por redes sociales, que el plan estaba listo; armamento de uso no militar, aparentemente habría ingresado al país, para deslindar responsabilidad por cualquier muerte. Otra masacre se detuvo, por ahora. La estrategia de desmovilización fue la promulgación de elecciones que se llevarán indefectiblemente hasta el 18 de octubre del 2020; y con ello, las protestas que llegaron a pedir la renuncia de la Presidenta Añez, cesaron temporalmente. La gobernante no tardó en hacer suyo el aparente triunfo, indicando incluso que: “dos veces había pacificado el país”; aprovechando el momento para hacer campaña política,  al dar a elegir entre el “gobierno de los bloqueos del MAS y el suyo”.  Este oportunismo casi temerario, no consideró el riesgo imprudente de subestimar a una parte importante de la población, para los cuales ella representa el golpe de estado a la democracia y las trágicas muertes en su llamada «primera pacificación del país»; además, de un gobierno de facto instaurado por una alianza cívico-militar y policial, que se articuló a partir de gestiones y negociaciones con los grupos de poder que fueron susysus promotores y sus gestores. Hoy, se vislumbra un debilitamiento de estas alianzas; y por tanto, el escenario político, nunca antes fue más peligroso y volátil, que ahora. El juego de intereses no termina por consolidarse en el poder y empieza a resquebrajarse, por las promesas incumplidas y por el sabor a poco, en la boca de muchos que manifiestan que solo fueron utilizados de forma oportunista y que es poco probable que se cumplan las “promesas” realizadas a cambio del apoyo en el derrocamiento.

Además, está el factor “miedo”: ¿Qué sucedería si el MAS retorna al poder? ¿Qué sucederá con los que participaron en el derrocamiento del gobierno? Por supuesto, ningún ser humano que se considere como tal, querría venganza. Pero estamos hablando de políticos y la mayoría de las veces, el juego de la política, es el juego de la venganza. Claro que un escenario posible, es que se establezcan alianzas, por debajo de la mesa. Pues, en el juego político, los que son tus enemigos ahora, pueden ser tus amigos y aliados en el futuro, como le sucedió al ex-presidente Correa con su antiguo aliado Lenín Moreno, quien una vez en el poder no dudó en perseguirlo, como si se tratase de su peor enemigo.

Y si nos aventuramos, en otro escenario ¿Será tan fácil para el MAS retornar al poder? En el supuesto de que la solución a la crisis en el país se produciría por la salida democrática, a través de las elecciones; pero ¿Será que se aceptará tan fácilmente un triunfo del MAS que va adelante en la intención de voto, en casi todas las encuestas? Y más allá de la polémica, de que sea cierto o no el llamado “fraude” en las elecciones pasadas- a la fecha está en proceso de investigación este caso en la justicia boliviana; y aunque ya se sabe cómo actúa la justicia en este país (dicen que ahora aparecieron papeletas marcadas que probarían el fraude), nadie podría afirmar ni negar este hecho, mientras no se demuestre lo contrario en instancias judiciales- lo llamativo del asunto, si analizamos los acontecimientos desde otra perspectiva posible, es el extraño comportamiento de Luis Almagro; en poco tiempo, paso de defender la repostulación indefinida y bailar “Salay” con Evo Morales a darle la estocada final, anunciando que había fraude ¿Qué pasó con Almagro? ¿Todo fue parte de un plan maquiavélicamente concebido para ganarse la confianza de Evo Morales, aprovechando su ingenuidad, y luego darle la puñalada por la espalda? ¿Fue todo parte de un plan concebido en esferas geopolíticas mayores? Estas interrogantes quedan en el aire, tal vez nunca sepamos que pasó realmente, como tal vez nunca se sabrán otros acontecimientos políticos en el mundo que quedan sin resolver, como el caso del asesinato del Presidente Kennedy en Estados Unidos.

Ahora se dice que organismos internacionales como la ONU, la misma OEA y hasta la Unión Europea quienes serán garantes del proceso democrático en Bolivia, pero la duda queda: ¿Hasta qué punto son creíbles estas instituciones que asumen posicionamientos políticos y buscan incidir de acuerdo a una agenda geopolítica de poder, establecida por sus socios o aliados estratégicos globales? El dudoso papel paternalista- cual si fuesen los referentes de autoridad en el mundo- que asumen estas instituciones, como el caso de la Unión Europea, es cuestionable, por ejemplo, en el caso de Venezuela; más allá de los cuestionamientos que se tengan contra el régimen de Maduro, no existe ninguna justificación para las arremetidas económicas y políticas que sufre directamente el ciudadano común ¿Se puede confiar en países europeos que bloquean las divisas de otros países que en su momento, confiando en la aparente solidez de sus instituciones, depositaron sus reservas y que ahora por cuestiones políticas se les niegue el acceso a esos recursos? ¿Se puede confiar en organismos internacionales que siguen teniendo relaciones bilaterales con gobiernos que realizan golpes de estado, como lo hizo en su momento la Unión Europea con los golpistas en Honduras en el 2010? ¿Se puede confiar en organismos internacionales que responden a los mandatos geopolíticos de intereses imperialistas, como el caso de la OEA, cuya animadversión y acciones de intervención hacia los regímenes políticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela es permanente y cada vez más brutal contra los ciudadanos de esos países, que al final son los que pagan los platos rotos?

Más allá de todo, lo que sí quedó en evidencia, luego de todos estos funestos acontecimientos, es la fragilidad democrática en un país, donde se pensaba que las intervenciones y golpes de estado, quedaron muy atrás en el pasado; y que Bolivia al final, no era un estado fallido, pues se respiraba democracia y libertad desde el último golpe de estado en la década de los 80. Pero al parecer, esto no fue así, el riesgo de un colapso total se huele en el aire, Bolivia está peligro de un desborde de violencia y una fractura inminente, una vez más por la angurria de los grupos de poder. Los recuerdos de las heridas de sangre y muerte vuelven a estar presentes en la memoria y ojalá solo sean malos presentimientos.

nulfoyala@gmail.com

EL ABANDONO DEL TIEMPO

Fotografía: Nulfo Yala(2020)

El tiempo nos abandona,

nos escurrimos de sus manos.

Poderosas y gélidas,

mortalmente indiferentes.

Impasibles,

a nuestro desvanecimiento.

Implorando que no nos deje, todavía,

mientras vamos sucumbiendo.

 

¿Importaron nuestros afanes?

¿Tuvieron sentido nuestros desvaríos?

¿Nos protegieron nuestras fortalezas?

¿Fuimos, acaso, salvados por nuestros deseos?

 

Irreversiblemente,

el momento final acecha.

Y la incertidumbre,

inevitable y profunda,

se transforma,

en el sinsentido caleidoscópico,

de nuestros biográficos desencuentros.

 

Polvo en sus manos,

suspiro insustancial y lastimero,

desvaneciéndose en el efímero momento

de la ilusión de una existencia,

que no pudo detener su caída,

ni dar sentido a su agonía.

 

Atrapados en su escatológica trama,

nos enredamos en el juego vital

de las danzas y contorciones,

de nuestros afanes y lamentos,

clamando para que no se termine el juego,

rogando por otro momento,

que dure más allá del pensamiento.

 

Acaso seamos sustancia hecha de tiempo,

un simple momento,

infinitesimal y aleatorio,

en busca de un instante eterno,

que dé consuelo a su desasosiego.

 

Pero al final del ocaso,

la magia termina,

y con ella nuestro tiempo,

que se desvanece en la soledad cósmica,

del eterno e incomprensible silencio.

 

nulfoyala@gmail.com

LOS GRUPOS DE PODER AGROINDUSTRIAL Y LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS. RESISTENCIA Y REIVINDICACIÓN DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA.

Dibujo: MilenaFabiola@(2020)

Bajo este sistema de explotación, el desarrollo humano es lo que menos importa. El «sálvese quien pueda», resuena ahora, más que nunca, de una manera contundente e inevitable. Quien controla la producción de alimentos controlará el acceso a los mismos. La cuestión de fondo es el dinero, el que no tiene dinero no come; así trabaje incansablemente, si el sistema no le asigna valor, su trabajo no será tomado en cuenta y mucho menos remunerado económicamente y, más temprano que tarde, sucumbirá al hambre.

Mucho se debate hoy en día respecto de la problemática del uso de transgénicos en el mundo y particularmente en algunos países latinoamericanos, como el caso de Bolivia; tema que resurge, a raíz de la aprobación del reciente marco normativo (Decreto Supremo 4232), que autoriza la evaluación de semillas genéticamente modificadas (transgénicos) con fines comerciales y  agro productivos; para los cultivos de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya.

Si bien este proceso no se inició recientemente, es importante destacar algunos aspectos que, usualmente, se asumen como temas colaterales o implícitos; muchas de las veces el debate surge a partir de cuán beneficioso o perjudicial resulta para la salud humana o el medio ambiente, pero se deja de lado la visibilización de los intereses existentes, detrás de las políticas que impulsan el uso estos cultivos transgénicos y los paquetes tecnológicos asociados a su producción.

Y es que, como en casi todo, existen poderosos intereses particularmente económicos y políticos que están detrás; y no solamente de los intereses de las grandes multinacionales, sino de los intereses de los poderosos grupos agroindustriales que se constituyen en los promotores del modelo económico extractivista y mercantilista corporativo.

Al final, el debate sobre la pertinencia o no de los transgénicos, se transforma en algo irrelevante. Todo lo que contribuya a la generación de la riqueza, no solamente es aceptado, sino también promovido bajo el engañoso principio de: A mayor riqueza mayor prosperidad humana. Es el funesto mundo en el que vivimos y en el que estamos sumidos, que nos demuestra, una vez más, que por más riqueza que se genere, la prioridad no es el ser humano; sino la riqueza en sí misma, a través del capital acumulado. Los millones de pobres que existen aún en los países lllamados desarrollados son una evidencia de ello; y que decir, aún, de los muchos otros millones condenados al hambre y a la miseria. Frente a ello, el producto interno bruto -que es la supuesta medida  de la riqueza de los estados modernos- resulta una cuantificación absurda y fuera de lugar, ante cualquier intento y justificación que se quiera dar, forzosamente, como una medida de reivindicación humana.

En consecuencia, el propósito real de la producción con el uso de semillas y cultivos transgénicos es, intrínsecamente, generar un gran negocio y, por supuesto, favorecer la acumulación de mayores riquezas por los grupos de poder económico que gobiernan los estados; llámense a éstos empresarios, terratenientes, latifundistas o gamonales, como se refería a los mismos, Carlos Mariátegui.

Si bien existen bastantes análisis relacionados con el negocio de los  transgénicos por grandes multinacionales; resulta, aún, mucho más sorprendente los mecanismos políticos y económicos que van gestionando los grupos de poder económicos regionales; que si bien están articulados con las líneas matrices de estas multinacionales, existen una alta gama de recursos locales que les brinda la anuencia y la legalidad de hacer que sea necesario para que el negocio de los transgénicos pueda operar. Y lo hacen, la mayoría de las veces, a partir de los estados y sus gobiernos qué son manejados o influenciados de una u otra manera por los mismos.

De acuerdo a las particularidades regionales, estos grupos de poder económico agroindustrial, generan un discurso muy bien pensado y trabajado en diferentes niveles, grados y estratos dentro de la sociedad. Una vez conseguido el marco legal -siempre lleno de ambigüedades que son hábilmente utilizado en interpretaciones funcionales posteriores- se procede a plantear la matriz de debate en la sociedad civil a través de los operadores comunicacionales que están a su servicio; una primera acción a interiorizar en la mente colectiva, es el sobreentendido de que cualquier iniciativa que fortalezca el aparato productivo y económico será siempre favorable para el país. La estrategia es apelar el sentido patriótico y nacionalista del ciudadano, y el supuesto interés legítimo del estado.

A partir de ahí, la estrategia consiste en ir «normalizando» la situación. Se va argumentando que son muchos los países qué utilizan los transgénicos y desde años atrás; se enfatiza en las ventajas económicas que se lograrán, principalmente, a través de las exportaciones a otros países. A través de una agresiva campaña comunicacional, especialmente, a través de las redes sociales. «Se hacer dar cuenta a la gente» que desde hace muchos años atrás ya se vienen consumiendo transgénicos en gaseosas y alimentos procesados; y que, por tanto, somos la prueba viviente de que los transgénicos no causan ningún daño; y que, quiénes se oponen son grupos ecologistas radicales o con intereses políticos creados contra los sectores “vanguardistas y productivos” del país.

Posteriormente viene la fase persuasiva; es la fase de los pronunciamientos corporativos realizados por las instituciones productivas que conforman estos grupos de poder agroindustriales; de incansables y maratónicos conversatorios; y de las justificaciones, a partir de supuestos eruditos y publicaciones que presuntamente invalidarían los argumentos contra el uso de los transgénicos, tildándolos de simples especulaciones y sin ninguna evidencia científica. En esta fase existe, además, una amplia cobertura por instituciones educativas, sobretodo de universidades privadas, que forman parte del conglomerado empresarial, vinculado a estos grupos de poder. Infortunadamente se suman, también, algunas universidades públicas; sea por su silencio o, peor aún, alineándose al discurso trillado e insustancial de “la razón” del progreso nacional y la productividad. Se presentan, por ejemplo, estudios de presuntos expertos; donde se proclama que los transgénicos supuestamente requieren menos agua, menos erosión de los suelos, menos plaguicidas; que gracias a sus particularidades genéticas se estaría eliminando prácticamente las plagas y, a la vez, se estaría reduciendo el uso de plaguicidas cancerígenos. Sumado a ello, el discurso conocido, que con estos cultivos transgénicos se va a mejorar los ingresos de los pequeños productores.

Por supuesto, cada uno de estos argumentos puede ser ampliamente rebatido desde distintos enfoques ecológicos, sociológicos, políticos, etc.; pero, lamentablemente, muchas veces, el colectivo social ha sucumbido al adoctrinamiento del discurso desarrollista de los grupos de poder. Este «supuesto» modelo de desarrollo económico se convierte en una consigna, hasta llegar a ser interiorizada y formar parte de la cultura, tradición e incluso cosmovisión de la sociedad; como sucede en el caso boliviano, particularmente, en la región agroproductiva del oriente del país.

Una vez conseguidos estos objetivos, cualquier acción o reacción posterior es intrascendente; la maquinaria está engranada y lista para funcionar. El modelo extractivista agroindustrial nuevamente se ha impuesto, esta vez a partir de los cultivos transgénicos. Cualquier debate o cuestionamiento posterior, servirá en el mejor de los casos, para maquillar el proceso. Se introducirán, incluso, toda una parafernalia de tecnicismos afables al proceso productivo; tales como: prácticas amigables con el medio ambiente, restauración ambiental, control e implementación de medidas de bioseguridad, etc., pero se lo hará, solamente, para guardar las apariencias y terminar de acallar cualquier cuestionamiento de fondo.

El modelo explotador, extractivista y capitalista prevalece. No importa si el gobierno sea de izquierda o de derecha, el objetivo final es la generación de riqueza; que, por supuesto, al final solo hará más ricos a los que ya son ricos y que, muchas veces, directa o indirectamente, son precisamente los que detentan u operan el poder. En este escenario cualquier oportunidad será aprovechada al máximo, como en el caso de los transgénicos. El beneficio máximo sin medir las consecuencias; aun cuando el costo sea la vida misma en el planeta.

Se habla de generar riqueza, pero no se dice para quién. Se dice que el uso de los transgénicos se constituye en una oportunidad maravillosa para generar empleo, pero en los vaivenes y fluctuaciones del mercado de lo primero que se prescinde cuando las cosas van mal es, precisamente, del empleado; lo que importa, al final, es garantizar la ganancia del empresario.

Detrás de discursos nobles, de propósitos altruistas y de consignas de prosperidad y desarrollo económico, se aliena la voluntad del ser humano; el trabajador debe agradecer la oportunidad de empleo que se le da, así sea bajo condiciones de explotación y de retribuciones míseras, comparadas con las ganancias de los dueños del «negocio» y el capital.

Nuevamente, en el caso de los transgénicos, la premisa utilizada es «la alimentación como negocio». El capital lo tiene el empresario; la tierra, que está en manos de los grupos de poder económico o de gremios corporativos protegidos como tierras comunitarias de origen, es monopolizada y explotada hasta resecarla, bajo la consigna “imperiosa” de no dejar tierra improductiva. El trabajo, en condiciones de explotación, se transforma en la razón de vida del trabajador; alienado, explotado y desechable, pero agradecido.

Bajo este sistema de explotación, el desarrollo humano es lo que menos importa. El «sálvese quien pueda», resuena ahora, más que nunca, de una manera contundente e inevitable. Quien controla la producción de alimentos controlará el acceso a los mismos. La cuestión de fondo es el dinero, el que no tiene dinero no come; así trabaje incansablemente, si el sistema no le asigna valor, su trabajo no será tomado en cuenta y mucho menos remunerado económicamente y, más temprano que tarde, sucumbirá al hambre. Es la perversa obsesión del sistema económico por la máxima productividad y la riqueza, que define y decide que debe ser considerado como trabajo y que debe ser desechado, de acuerdo a sus necesidades e intereses. Es la perversión de un mundo que produce y tiene la capacidad de producir, casi el doble de alimentos que se necesita para la subsistencia de toda la población humana; pero que, paradójicamente, millones se mueren de hambre, a la vista e indiferencia de otros que prefieren desechar toneladas de alimentos a la basura.

Encima de todo, ahora, se deforestan y habilitan inmensas superficies de tierra para la producción de cultivos transgénicos con fines de producción de agrocombustible, como si en estos momentos fuera una prioridad. La mayoría de los países que compran esta producción no lo hacen realmente por necesidad, pues tienen almacenados ingentes cantidades de petróleo y otros recursos energéticos. Lo hacen para potenciar su dominio y el control del mercado energético global. No importa que los países productores de transgénicos tengan a gran parte de su población sumida en la pobreza y el hambre; mientras haya quien compre, toda la maquinaria del estado se dirigirá para garantizar que los grupos de poder económico, dueños de la Tierra y del capital, puedan satisfacer la demanda. Todo en nombre del famoso “dogma” del desarrollo económico del país.

El Producto Interno Bruto (PIB) se ha convertido en una medida que sólo mide el incremento de la riqueza de los tienen el control absoluto de los recursos; y, por tanto, el poder para decidir, en última instancia, quién come y quién no.

El modelo agroproductivo, extractivista y explotador crea las condiciones necesarias para la dependencia alimentaria. Es el mismo sistema que repite hasta el cansancio que los recursos son limitados, y que no alcanzan para satisfacer las necesidades humanas; dogma central de la teoría económica, diseñada e impuesta por los mecanismos de poder que regulan y gestionan el sistema, para que nada se salga de su control. Y, esta vez, lo hacen con la panacea de lo transgénico; prometiendo que con su uso se solucionarán los problemas alimentarios de los más vulnerables, que serán baratos y accesibles; por supuesto, sin importarles en lo más mínimo, los cuestionamientos de las posibles consecuencias para la salud, lo descabellado de destinar ingentes extensiones de suelo cultivable o la despiadada ampliación de la frontera agrícola, en desmedro de bosques y naturaleza viva. La razón de explotación económica, siempre, termina por someter e imponerse con el discurso de progreso y desarrollo en la opinión pública. Sin embargo, en realidad sólo se trata de acumulación de riqueza; la avaricia y codicia desmedida de los grupos de poder agroindustrial, que son, en definitiva, los dueños del negocio.

Frente a este escenario, la respuesta necesaria e inexcusable es cortar las cadenas de la dependencia alimentaria; es buscar los mecanismos para una efectiva autonomía y autodeterminación del ser humano para su supervivencia. Y; eso es, recuperar y rescatar el concepto de soberanía y seguridad alimentaria, reivindicando todas las iniciativas y acciones conducentes a este fin. Es el caso, por ejemplo, de la Declaración de Nyéléni, en el Foro por la Soberanía Alimentaria, realizado en Mali en el año 2008. Foro en el que se establece, como núcleo fundamental y prioritario, la seguridad alimentaria del ciudadano por sobre los intereses mercantiles y comerciales de los conglomerados corporativos agroindustriales; priorizando el apoyo efectivo y real al pequeño agricultor, la producción de alimentos ecológicamente sostenibles y la disponibilidad y accesibilidad de alimentos para la población particularmente vulnerable; reivindicando el principio del derecho humano a la alimentación, por encima de cualquier interés económico o mercantil.

Una soberanía alimentaria establecida a partir del principio de autodeterminación autonomía y autogestión de las personas; facilitando el acceso a la tierra, al agua, a los recursos genéticos y la gestión para una distribución efectiva de los alimentos; particularmente en las poblaciones vulnerables. Producir para alimentar a la humanidad y no para engrosar la codicia de riqueza de los grupos corporativos agroindustriales; dignificando y valorizando el trabajo y el esfuerzo de todas aquellas personas que por iniciativa propia, por ejemplo, van produciendo sus propios alimentos, aún en reducidos espacios de confinamiento y sin ninguna oportunidad de acceso a la tierra. Es el caso los huertos urbanos, por ejemplo, que se constituyen en una acción revolucionaria y concreta contra la dependencia del modelo extractivista y explotador el sistema. Esta acción, por sí sola, además, visibiliza la injusta e inmoral apropiación de los recursos por parte de los grupos de poder corporativos agroindustriales; tendrán toda la tierra para su avaricia, pero no cuentan con la capacidad de innovación del ser humano, que se las ingenia para producir alimentos, utilizando, incluso, como envases autoregantes a las botellas plásticas que el consumismo desenfrenado descarta.

Por tanto, la acción de resistencia al uso de los cultivos transgénicos, se vuelve una lucha legítima por la emancipación humana en la búsqueda de su soberanía alimentaria. Una lucha legítima de resistencia a los intereses económicos corporativos, que buscan lucrar, paradójicamente, con la necesidad de alimentos y el hambre de las personas. Lograr la independencia y el autocontrol para garantizar la seguridad alimentaria es, y será, cuestión de supervivencia. Tarde o temprano, el modelo extractivista y explotador agroindustrial colapsará inevitablemente por el propio peso de su ambición; pues como cualquier actividad extractivista, ésta no es sostenible en el tiempo. Pero lo que sí serán sostenibles son todas las iniciativas de acción y de resistencia, esfuerzos que, por pequeños que parezcan, contribuyen a la búsqueda y la construcción de la soberanía alimentaria; para garantizar la autonomía productiva, acceso y disponibilidad de alimentos para los seres humanos. Un frente estratégico y fundamental en la lucha por la libertad y la liberación del ser humano.

nulfoyala@gmail.com

 

 

RECHAZO AL USO DEL PAQUETE TECNOLOGICO DE TRANSGENICOS EN BOLIVIA Y PRONUNCIAMIENTO CON RELACIÓN AL DECRETO SUPREMO NRO. 4232.

Foto: NulfoYala (2020)

Elaborado por:

Milenka Almanza (Ingeniera del Medio Ambiente/Activista ambiental/Bloguera www.acontravia.com): mileox@hotmail.com

Nulfo Yala (Filósofo/Escritor/Bloguero: www.acontravia.com): nulfoyala@gmail.com

El mayor acto de rebeldía contra el sistema, es producir tus propios alimentos……Comienza produciendo en tu huerto urbano. El campo de batalla ante los transgénicos comienza tomando conciencia de nuestros derechos y obligaciones frente al medio ambiente.

El gobierno de transición boliviano pretende aprobar a través de un proceso de evaluación abreviado, el uso de semillas transgénicas  en Bolivia.

Esta vez no solo lo hace con el  cultivo de soya (Glycine max), sino además los cultivos de: Caña de azúcar (Saccharum officinarum),  trigo (Triticum aestivum), maíz  (sea maíz) y algodón (Gossypium hirstium).

En ese marco, es necesario comprender que Bolivia es un país megadiverso y que además  basa su economía en al extractivismo de sus recursos naturales.

También es necesario saber que la decisión y argumentación del gobierno  se fundamenta en reactivar la  economía del país post pandemia del COVID 19. Con esto pretende la intensificación y fomento a sectores tradicionalmente extractivista, como el agro en el oriente boliviano. Esto se pretende hacer por medio de la promesa de una tecnología que, hace ya décadas promete acabar con el hambre del mundo; sin embargo, hasta hoy no lo ha hecho. Los cultivos transgénicos no han solucionado nada.

Promesa, so pretexto, de seguridad alimentaria, cuando es sabido que la seguridad alimentaria no depende de la disponibilidad de alimentos, sino de su acceso, calidad y de oferta oportuna.

Por tanto, la problemática  en el contexto boliviano de la introducción de este paquete tecnológico, pasa por muchas razones relevantes; y pese a que el tema es bastante amplio, se exponen algunas a continuación:

RAZONES DESDE EL PUNTO DE VISTA AMBIENTAL Y BIOLÓGICA

  • Los transgénicos no vienen solos, los acompaña un paquete tecnológico totalmente dependiente de AGROTOXICOS, con alta agresividad al medio ambiente. Estos son principalmente el: Glifosato y el Glufosinato de amonio. Lo que ocasiona que se aumente de forma exponencial el uso de agroquímicos.
  • El uso de estos agroquímicos daña la calidad del suelo, atentando contra las funciones ambientales que este ofrece; lo que significa, también, un atentado a la seguridad alimentaria. Suelos no saludables no producen, no filtran contaminantes, no regulan el clima, disminuyen su potencial de captura de carbono de la atmosfera y se convierten en potenciales emisores de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global.
  • El glifosato es difícilmente degradado por acción biológica; y esto, aunado a que su uso mismo disminuye la población microbiana en el suelo, provoca daños irreversibles en la microbiota del suelo, dañando la diversidad biológica de este.
  • Los agrotoxicos asociados a los transgénicos dañan y atentan la fertilidad del suelo, sobre todo a la fertilidad biológica. Un suelo fértil, es aquel que es capaz de sustentar la vida.
  • Los agrotoxicos asociados a los transgénicos que no tienen un uso adecuado, aplicación y disposición final de sus envases, son potenciales contaminadores de cuerpos de agua y provoca competencia entre los  usuarios del agua.
  • Las aplicaciones por aspersión de agrotoxicos asociados a los transgénicos alteran la calidad del aire circundante y su distribución puede intensificarse en depende de la fisiografía del terreno.
  • Excesivo fomento al monocultivo y con ello a la emisión de gases de efecto Invernadero a la atmósfera, aumento del calentamiento global y los efectos del cambio climático
  • Intensifica la deforestación de especies nativas que se constituyen en reguladores del ciclo hidrológico y capturan gases de efecto invernadero, que liberan oxígeno al medio ambiente.
  • Los cultivos transgénicos obtenidos son escasamente destinados a la alimentación humana, son destinados a forraje (maíz, sorgo) la alimentación de ganado (ganadería intensiva,  lo cual promueve la expansión de la frontera agrícola y emisiones de gases de efecto Invernadero.
  • Atenta contra la diversidad biológica de especies propias del lugar.
  • En el cultivo de soya transgénica, GRAN PARTE DE LA PRODUCCION, se destina a producción de AGROCOMBUSTIBLE  como el biodiesel (caña, soya), ofrecido como una alternativa tecnológica amigable con el medio ambiente; no obstante, favorece y promueve la deforestación y expansión de frontera agrícola.
  • Los agrotoxicos asociados a los transgénicos persisten en el suelo por décadas y son potenciales contaminantes de futuros cultivos. El suelo dañado por estos agrotoxicos no volverá a  su calidad inicial e intentar una restauración significa una inversión grande de recursos.
  • Provoca la muerte y disminución de especies de polinizadoras, como las abejas, aproximadamente el 70 % de los cultivos depende de la polinización.
  • Contaminación genética (variedades de la misma especie o especies emparentadas) es irreversible, una vez se liberen los eventos transgénicos. Al liberar especies no NATURALES al medio ambiente, es muy difícil predecir su transporte y difusión.
  • Posibles consecuencias biológicas en diferentes especies en la cadena trófica y particularmente en la salud humana. Las consecuencias de la manipulación genética son impredecibles y podrían tener efectos no previstos en el futuro.
  • No es posible abrir la legalización del uso de transgénicos cuando no se han suficientes investigaciones a nivel nacional ni tampoco se han involucrado activamente instituciones de investigación tales como universidades institutos de investigación o investigadores independientes.

DESDE EL PUNTO DE VISTA SOCIOAMBIENTAL Y LEGAL.

  • Pérdida progresiva, respecto a la reproducción de semillas, renunciando al legado de nuestros antepasados; esto especialmente en el cultivo de maíz.
  • Desplazamiento del patrimonio histórico, cultural y de los saberes de los pueblos,  especialmente en el cultivo de Maíz.
  • Decisiones no informadas a los agricultores, que no han pasado por el proceso de consulta previa.
  • Fomento a la perdida de la agrobiodiversidad de cultivos, especialmente el maíz  que es centro de origen y domesticación de numerosas especies cultivadas y cultivables.
  • La perdida de la soberanía alimentaria y seguridad alimentaria, en tanto dependencia del paquete tecnológico asociado a la producción de semillas transgénicas.
  • Existe a la fecha contradicciones, vulneraciones y transgresiones a diferentes marcos, preceptos, principios, acuerdos, protocolos e instrumentos legales,  incluida la Constitución Política del Estado Plurinacional Boliviano; así como, la Ley Marco de la Madre Tierra (Ley 1333), Ley de Fomento a la Producción Orgánica, Ley Marco de la Madre Tierra (Ley 300), Ley de Derechos de la Madre Tierra (Ley 071), Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria ( Ley 144), Ley de Fomento a la Producción Ecológica (Ley 3525), entre otros.

DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO.

  • Dependencia de semillas, pues puede existir endeudamiento de pequeños productores.
  • Uso de insumos GLIFOSATO y GLUFOSINATO DE AMONIO, SIN LOS CUALES NO SIRVE, a diferencia de una semilla no transgénica que tiene múltiples posibilidades de usar insumos, ejemplo, plaguicidas inorgánicos y orgánicos.
  • Los mismos que venden las semillas son los mismos que venden los agrotóxicos: Negocio perfecto.
  • Falso discurso de satisfacer el mercado interno y exportaciones, cuando  es necesario la aprobación de países importadores.
  • Discurso de mayor productividad no demostrado; dado que, la productividad depende de múltiples factores (calidad del suelo, manejo del cultivo, disponibilidad de agua) y no solo de eventos extremos como las sequías.  Además al carecer de evaluaciones in situ, se desconoce si el herbicida va a ser realmente selectivo. Lo cual puede provocar pérdidas en las cosechas.
  • Favorece que grandes empresas controlen la producción de alimentos, en toda la cadena alimentaria. Esto implica un total control corporativo .
  • Promueve la acumulación de riqueza solo en ciertos sectores como el agroindustrial y ganadero. Y bajo el discurso de desarrollo productivo, se promueve el potenciamiento de ganaderos, terratenientes y empresarios. Así como la acumulación capitalista no es desarrollo, el uso de semillas transgénicas tampoco es sinónimo de desarrollo humano.
  • Al solo depender de un cultivo (monocultivo), dependemos económicamente de la demanda internacional, el mercado. Cae la demanda, cae el negocio y los supuestos empleos que se generen serán los primeros en eliminarse cuando al negocio le va mal.
  • Esta introducción de semillas transgénicas no contempla el costo ambiental del paquete tecnológico de transgénicos, que en el mejor de los casos llevaría a una costosa restauración ambiental, que no siempre logra sus objetivos, una vez que ha sido dañado irremediablemente el ecosistema.

POR TANTO COMO CIUDADANOS, EN USO ESPECÍFICO DE NUESTROS DERECHOS  INDIVIDUALES GARANTIZADOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO BOLIVIANO; ENTRE OTROS, EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, NOS PRONUNCIAMOS:

  • Rechazando y exigiendo la abrogación del DS 4232, por ser una puerta que abriría la producción indiscriminada de semillas transgénicas, cuyas consecuencias se han señalado en las razones antes mencionadas. Razones que son de justicia social y ambiental.
  • Demandando políticas públicas que no degraden el medio ambiente, no fomenten el extractivismo en general y en específico el extractivismo agrícola y que garanticen la seguridad y soberanía alimentaria.
  • Reclamando el fomento de sistemas sostenibles de producción de alimentos. Como la agroecología, sistemas agroforestales, agricultura orgánica, agricultura de conservación y  agricultura urbana. Sistemas que realmente consideren la salud del medio ambiente y garanticen la seguridad y soberanía alimentaria.
  • Pidiendo el fortalecimiento, la promoción  e impulso a los bancos de semillas nativas y apoyo real los productores individuales y/o colectivos que trabajan día a día con ellas. Los bancos de semillas no deben de ser monopolizados solamente por instituciones estatales.
  • Requeriendo un mayor involucramiento de personas independientes dedicadas a la investigación, instituciones educativas, universidades, institutos y consultor@s, con relación a la temática. El tener información previa es condición indispensable para una posterior toma de decisiones políticas y más aún cuando se comprometen políticas públicas de desarrollo y de producción a nivel de país.