Por: Mauricio Gonzalo Almanza Condori (Estudiante de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UPDS – Tarija, Bolivia)
Placida Isla Cayo, la última afectada del altercado de la Asamblea estudiantil de la Universidad Autónoma Tomas Frías del 9 de mayo, a pesar de resistir 37 días lamentablemente perdió la vida, el 14 de junio de 2022 en el Seguro Social Universitario de Potosí (SSU).
Según el doctor Antonio Llanos-Terapista del SSU, fue quien la atendió en terapia intensiva, declaró que al momento de ingresar la paciente Placida Isla Cayo tenía dificultad respiratoria, trastornos neurológicos puesto que tenía un accidente cerebro vascular hemorrágico (ACVH), ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe.
La Srta. Placida fue intubada y operada de la clavícula, del cráneo y se le brindo recuperación. Las secuelas que Placida tuvo en post operatorio fueron dificultad en la movilidad del lado izquierdo, que se da por daño localizado en el lado derecho del cerebro (hemiparesia), también padecía de una trombosis venosa profunda de la pierna izquierda (Coágulo de sangre en una vena profunda, generalmente en las piernas), posteriormente mostro mejoría ya que pudo salir de respirador de forma espontánea y por eso se la paso a sala de cirugía.
Según testimonio de Sara Núñez, enfermera del SSU que atendió a Placida en sala de cirugía, indico que fue externada a sala porque ya estaba estable. La paciente no podía valerse por sí misma ya que estaba con técnicas invasivas como la sonda (Es un procedimiento quirúrgico para crear una abertura a través del cuello dentro de la tráquea, se coloca una sonda a través de esta abertura para suministrar una vía respiratoria y retirar secreciones de los pulmones) y fisioterapia, con todo eso la paciente mostraba mejoría, por eso se le dio alta médica solo con tratamiento vía oral, pero a los días volvió a ingresar a salas de medicina interna, porque era una paciente post quirúrgica tardía y por la trombosis venosa que presentaba, por esa razón se la derivo a Sucre.
Por su parte la familia de Placida reveló que en Sucre le estuvo haciendo seguimiento un otorrino; aparte del problema de trombosis que tenía, sin embargo, tuvo que volver al SSU, en ese proceso intervinieron autoridades de la Defensoría del Pueblo, regional Potosí, la Lic. Bilma Martinez, con autoridades de la Universidad, para poder establecer como se cubrirían los gastos médicos, siendo las llamadas a esto las instituciones que estuvieron directamente vinculas con los hechos luctuosos; lamentablemente en ese proceso, Placida fallece el 14 de junio.
¿Cómo funcionan los seguros?
Jorge Walter Daza, jefe médico del SSU explico que de acuerdo al código seguridad social (CSS) ley 924 cubre toda enfermedad desencadenante como ser infecciones, fracturas, repercusiones en la salud por orden genético y todo lo que compromete la salud, sin que medie un tercero, ya se adecua como riesgo extraordinario que no cubre a nivel nacional en ningún tipo de orden de seguridad social como las intoxicaciones, tentativas de suicidio, etilismo, accidente de tránsito, accidentes de deportivos y disturbios que fue el caso de la Srta. Placida.
El altercado de 9 de mayo de 2022 en la asamblea estudiantil de la Universidad Pública de la ciudad de Potosí fue un evento causado por una granada de humo, lo cual lo vuelve un caso extraordinario y como tal se tiene que cancelar un monto extra a lo que se da por año por el seguro de los estudiantes. La familia Isla no contaba con recursos económicos para cubrir los gastos, por lo cual se aferraba a que el seguro debía correr con todos los gastos, lo cual no se podía por lo antes mencionado.
El Dr. Antonio Llanos explico que lunes 13 de junio fue llamado por el caso de Placida Isla que estaba con mayor estenosis y dificultad respiratoria por lo cual se la volvió a internar en terapia intensiva a media noche, la tuvieron que entubar porque la dificultad respiratoria era severa y pese a eso se tornó insuficiente y lamentablemente falleció el 14 de junio.
En ese momento se pudo aclarar que no fue la estenosis, porque al poner el tubo respiratorio se forma un pasaje seguro para poder respirar, ya que eso no funcionó, el motivo de su fallecimiento súbito fue por trombosis.
La familia por ese motivo fue que pidió que se derivara al forense, generalmente no se acude a la autopsia en estos casos de hospital, gracias al pedido de la familia se realizó. No se tiene un informe final de la autopsia, pero los resultados extraoficiales serian que se encontraron coágulos en el pulmón, en la pierna y en el corazón.
Esta no es la primera vez que el seguro de una persona en estado crítico no cubre con todos los gastos y no será la última, casos anteriores donde el dinero no estaba a la mano los mismos familiares hacían hasta lo imposible para poder llegar al pago, y si bien es un poco inhumano priorizar el dinero a la vida de una persona esta es la manera en la que se mueve no solo el país, si no todo el mundo y no nos queda más que adecuarnos por más cuestionables que sean. La falta de dinero es la raíz de todo mal (Mark Twain).
Se olvidan que el pueblo, espera que su Universidad cumpla el rol para el cual fue concebida; es decir, una institución portadora de la luz de los principios humanistas y científicos para el desarrollo de su sociedad, a la cual se debe. Una institución que promueva la libertad y la independencia de cualquier corriente política ideológica mucho más cuando ésta es radical y promueve el odio y la confrontación; y que, por supuesto, luche desde el ámbito de la comunidad académica, contra cualquier poder opresor, como representa en este caso el fascismo.
¿Que la universidad pública, esta en una crisis terminal y no termina de morir por la corrupción e inoperancia de sus fines? Es innegable. Sin embargo, hoy en día se manifiesta otro desacierto que la desacredita aún más. Tristemente se observa como, institucionalmente, se asumen posicionamientos político partidarios; en muchos casos, hasta llegar a ser utilizadas por posiciones fascistas y antidemocráticas. El regionalismo fascista en Bolivia, particularmente desde la Región de Santa Cruz, sabe hacer su trabajo. Y bajo la lógica del odio separatista recalcitrante disfrazada de reinvidicación regional, no duda en utilizar cualquier recurso que tenga a mano, para exhacerbar el odio a lo que no representa sus intereses separatistas (obsérvese el actual conflicto por ADEPCOCA, que extrañamente coincide y alimenta el clima de convulsión social). Y es lamentable observar que, a través de las autoridades universitarias de turno, se van prestando a los juegos de odio del fascismo, como se ha visto también en los fatídicos acontecimientos del 2019, cuando se perdió la democracia en Bolivia con la deplorable participación de algunas universidades del sistema universitario boliviano, que participaron, directa o indirectamente, en el derrocamiento de un gobierno legítimamente electo. Cuyo desenlace provocó muertes, persecuciones y dolor en la sociedad boliviana; y el posterior encarcelamiento, una ve recuperada la democracia, de la expresidenta de facto, de ese periodo trágico en la historia de Bolivia.
El móvil para generar la convulsión es ahora, el tema de la fecha del censo de población y vivienda. Cualquier razón para generar convulsión y desestabilización será válido para el fascismo regionalista y separatista. Y qué mejor manera de hacerlo, que utilizar y legitimizarse a través de instituciones que supuestamente gozan de cierta credibilidad en la sociedad boliviana. El mal llamado «Comité Interinstitucional» creado precisamente para dirigir las acciones del fascismo siempre vivo el presente a través de los cívicos, las logias, los grupos de poder y de su caudillo fanático, que se ha entronizado como el «elegido» de Dios y que peligrosamente, viene incendiando todo a su paso con discursos de odio y confrontación, con todo aquello que se interponga en su camino y vaya contra sus caprichos y sus delirios dictatoriales; tal como se ha evidenciado, recientemente, en el ataque frontal y violento contra el Alcalde de Santa Cruz, simplemente por disentir y pensar diferente.
Una de las instituciones participantes de este Comité Interinstitucional es precisamente la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Su Rector, Aparentemente es la cabeza de este comité; también, aparentemente, trata de mostrarse como una institución comprometida con su pueblo a través del aporte técnico para la realización del censo. Se olvida, sin embargo, que el pueblo está cansado de confrontaciones, de discursos de odio, de paros y del fascismo recalcitrante- que busca asfixiar al pueblo que dice defender- para sus perniciosos fines políticos. Se olvidan que el pueblo, espera que su Universidad cumpla el rol para el cual fue concebida; es decir, una institución portadora de la luz de los principios humanistas y científicos para el desarrollo de su sociedad, a la cual se debe. Una institución que promueva la libertad y la independencia de cualquier corriente política ideológica mucho más cuando ésta es radical y promueve el odio y la confrontación; y que, por supuesto, luche desde el ámbito de la comunidad académica, contra cualquier poder opresor, como representa en este caso el fascismo.
Sin embargo, tristemente se observa cómo la Universidad, a través de sus autoridades de turno, viene siendo utilizada y se ha subornidado nuevamente al poder político fascista. Mezquinos intereses políticos nuevamente se han apoderado de la Universidad boliviana. Quedan preguntas en el aire ¿Existirá algún compromiso político, como ha sucedido en oportunidades anteriores, para que sus autoridades de turno se proyecten políticamente en el futuro? ¿Existirán alianzas político-partidarias? ¿Ingenuidad u Oportunismo? El tiempo lo dirá. Lo cierto del asunto, es que la credibilidad de la Universidad boliviana, está una vez más entredicho. Y la libertad como bien supremo de la humanidad, que la Universidad desde su universalidad ha jurado defender, se encuentra nuevamente en peligro. No debemos olvidar lo afirmado, tan acertadamente, por Vasili Grossman: «Una vez puesta al servicio del fascismo, el alma del hombre declara que la esclavitud, ese mal absoluto, portador de la muerte, es el único bien verdadero».
La implicancia de la Gestión pública es de amplio abordaje, pues debe responder a las necesidades de sociedades organizadas y retos globales, nacionales y regionales.
Este abordaje ha pasado de ser meramente económico (y su consecuencia inmediata: el desarrollo económico). Las necesidades actuales lo sitúan en un enfoque más amplio, a través de dimensiones sociales y ambientales; para lo cual la cotidianidad exige y demanda un modelo de gestión pública de calidad, donde los gobiernos se hagan cargo de los resultados de sus acciones y promuevan y garanticen una vida digna de sus habitantes y las otras especies que habitan los territorios
Entonces, la historia en definitiva ha demostrado que el modelo de desarrollo actual es insostenible y deriva en múltiples consecuencias en el medio ambiente y la sociedad humana. Para contrarrestar esta situación surge el concepto de sostentabilidad, para equilibrar las principales dimensiones: como el medio ambiental, el desarrollo y la dignidad humana.
En ese marco, los Estados tienen un rol protagónico desde la gestión pública, porque es donde se introducen paradigmas de desarrollo, acertados o no. Entonces, el análisis histórico y de consecuencias de los modelos de desarrollo convencionales, apuntan del desarrollo sostenible, por su implicancia en un desarrollo más inclusivo y con menor impacto ambiental.
Si analizamos el contexto boliviano, se observa claramente que su desarrollo se ve limitado por la deuda histórica de los países “desarrollados”, producto de una economía extractivista y de exportaciones y una obsesión por igualar el desarrollo de los países de centro como una estrategia de acumulación a nivel mundial. Esto sin tener en cuenta que, un país como Bolivia no es necesariamente subdesarrollado, sino que posee una oportunidad innata de adecuarse al modelo del desarrollo sostenible; pues se constituye en un país suculento en recursos naturales; pero que requieren ser conservados para las generaciones futuras y que tendrán como base de su desarrollo, estos recursos.
También, considerando la alta dependencia de Bolivia y otros países de América Latina y el Caribe a la globalización; el desarrollo sostenible ofrece un desarrollo más regional y una alternativa a la división internacional del trabajo que promueve la “especialización” de los países, pero desde una perspectiva meramente de actualidad. Dicha especialización profundiza las relaciones de dominación de los países de centro y los de la periferia, con posiciones divergentes. Con el desarrollo sostenible ofrece una alternativa para ir en contra de las fuerzas concéntricas de la economía mundial, a la par de conservación de los recursos naturales.
Considerando adicionalmente la equidad social que pregona el desarrollo sostenible, las economías más globalizadas que promueven el desarrollo meramente económico – que alimentan al sistema capitalista- profundizan las desigualdades sociales y por ende la pobreza; no obstante, el desarrollo sostenible apuesta porque cada vez existan menos poblaciones relegadas, y Bolivia, es sin duda, una de las regiones donde más se ha profundizado estas desigualdades.
Como mencionó Soros, el imperio del capitalismo genera una cobertura global pero invisible; y tiene como principal limitante para su expansión la soberanía de los estados, sobre todo en términos territoriales. Entonces, el desarrollo sostenible, aparece como una alternativa al crecimiento de ese monstruoso sistema, que haría más de las suyas si los estados no tuvieran soberanía. Por esta razón las naciones, como Bolivia, tienen como política pública y pregonan la autodeterminación de los pueblos a la hora de establecer modelos de desarrollo acordes a su realidad.
Adicionalmente Bolivia tiene zonas con altos índices de desertificación, que hacen que existan zonas de alta vulnerabilidad a los efectos del cambio climático; donde las alternativas del extractivismo minero y agrícola, no tienen otra opción en lo futuro, que optar por el desarrollo sostenible; pues de lo contrario, estos ecosistemas extremos tienen una amplia posibilidad de colapsar.
Además, se encuentra presente el aspecto pluricultural de estado boliviano, que se concibe como un escenario propicio para la introducción en la Gestión Pública desde los gobiernos y territorios indígena, originario campesino, ya que el patrimonio de sus saberes locales y ancestrales y su relación con la Pachamana y su cuidado, coinciden con las premisas del desarrollo sostenible.
Por último, la alta biodiversidad presente en Bolivia, tanto desde el punto de vista ecosistemas, especies y genética, hace que la Gestión Pública como país, tenga una mayor responsabilidad sobre su conservación. Y como Bolivia ha ratificado el convenio de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, el camino para alcanzar sus metas debe transitarse desde el desarrollo sostenible, desde un diseño participativo e integrador de las potencialidades como país, con visión de futuro.
Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.
Una gestión ambiental de manera certera, se constituye en una de las necesidades más imperantes de las sociedades actuales; pero, desde una perspectiva no antropocentrista, no especista; por lo tanto, justa con todas las formas de vida que habitan el planeta y los territorios.
En ese sentido, las sociedades han ido evolucionando en sus dinámicas de interacción con los componentes del medio ambiente, lo cual a lo largo de la historia de la humanidad ha marcado drásticamente el rumbo de la salud del medio ambiente global
Bolivia, es un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera la prioridad del crecimiento económico a costa del sacrificio espantoso del medio ambiente.
A un nivel territorial más específico, el Municipio de Potosí, no está lejos de esta dinámica de interacción humano – medio ambiente atroz. En ese contexto me permito realizar un análisis del nivel de aplicabilidad e instauración de políticas públicas basadas en el desarrollo sostenible, como una alternativa al desarrollo depredador y un sistema económico tradicional.
Entonces, para poder evaluar su nivel de aplicabilidad a nivel Municipal, es necesario considerar las dimensiones de la sostenibilidad; es decir, dimensión ecológica, dimensión social, dimensión económica, dimensión territorial, dimensión cultural y dimensión geográfica, todas estas indisociables.
Comencemos por la dimensión económica, considerando que el municipio de Potosí tiene desde hace más de quinientos años como la base de su economía, la actividad depredadora y extractivista minera con una escasa diversificación de sus medios de vida. Asimismo, la riqueza generada de esta actividad se concentra en ciertos sectores, como son los “empresarios mineros” y algunos “cooperativistas”. Si bien las actividades mineras que cuentan con licencia ambiental, presentan sus informes de monitoreo, basada en una norma nacional altamente permisible en los umbrales máximos, y ni que decir de las actividades mineras que operan sin licencia ambiental. Asimismo, los costos ambientales acumulados desde décadas atrás y heredados a las nuevas generaciones, en los pasivos ambientales que duermen en un sueño de terror. Pero no todo pasa por las responsabilidades de las autoridades, la sociedad no ha internalizado la magnitud de esta problemática; por ejemplo, existen actividades mineras clandestinas en cercanías a las fuentes principales de abastecimiento de agua potable de al menos el 50 % de la población, caso laguna Masuni (ubicada en el sistema de las lagunas del Kari Kari). Esas aguas son afectadas en su calidad por una posible contaminación. El costo ambiental, social y de salud pública es incalculable, y con seguridad las instancias llamadas a su protección no han destinado presupuesto, para esta terrible contingencia.
En ese mismo orden de ideas y desde una perspectiva de la planificación del presupuesto a través de los instrumentos de planificación como los planes operativos anuales (POAS), se visibiliza una amplia prioridad a proyectos de infraestructura y acciones que fomentan el consumismo de las poblaciones. Solo como ejemplo, en los últimos años el presupuesto destinado para el barrido de las calles es trece veces mayor que el presupuesto destinado para acciones de educación ambiental, que se constituye en el principal instrumento preventivo en la gestión ambiental. Se aprueban normas, como las del día del peatón y del ciclista en defensa de la Madre Tierra, para fines de concientización de la población de la importancia de la calidad del aire; no obstante, a la hora de su ejecución cualquier motivo es válido y forzosamente justificado para sus recurrentes suspensiones.
Todo lo anterior, se traduce en que la dimensión ecología de la sustentabilidad está muy afectada, pues los límites de la naturaleza han sido rebasados, en inmediaciones a actividades mineras y socavada por su mala intervención e inadecuada gestión, sobre todo por las autoridades y actitud de “normalizar” y “naturalizar” la contaminación, por la sociedad en su conjunto. Considerando que, además, ríos de curso sucesivo e internacional nacen en el Municipio de Potosí.
Dentro de la dimensión ecológica de la sustentabilidad, existen proyectos a nivel municipal, para la promoción de la agricultura ecológica a nivel familiar, tal el caso de la Comunidad de Chiutara (comunidad rural cercana a la ciudad de Potosí); sin embargo, estas actividades si bien están empoderando a las comunidades, estos procesos se encuentran en etapa de transición y no se ha consolidado aún, la inclusión en los mercados, lo cual no está instaurado como política pública que fomente la producción y consumo sostenible.
Respecto a la dimensión social de la sustentabilidad, esta tiene una implicancia amplia juntamente con la económica y cultural, pues los sistemas de dominación de la naturaleza que se ha instaurado y enraizado en la sociedad potosina, ha generado una amplia deuda ecológica en el ecosistema.
La dimensión cultural, es aún más adversa, pues tiene la validación de una sociedad con sujetos pasivos de repetición cultural y de mantenimiento del núcleo familiar minero; lo cual se potencia con la magnificencia de lo histórico que es proporcional al poderío de la degradación ambiental ocasionada por la imperante minería.
Dentro de la dimensión política de la sustentabilidad, ésta se encuentra vinculada a los procesos de democratización y de construcción de la ciudadanía; pero, sobre todo, la instauración de la dimensión de la sustentabilidad en general como política pública. Dentro de las políticas públicas del Municipio de Potosí, no se ha evidenciado ninguna destinada al desarrollo sostenible, quizá solamente a proyectos desde el punto de vista de la temporalidad. Adicionalmente en esta dimensión, en los procesos de democratización de la sociedad potosina existe un escaso fortalecimiento a las organizaciones sociales y comunitarias que trabajan en pro del medio ambiente. Tampoco el Municipio ha instaurado procesos o proyectos para el acceso a la información ambiental generada en la institución, como asunto de democracia en el derecho al acceso a la información, y la autodeterminación de los pueblos. De la misma manera, no se visibiliza políticas públicas de fomento del componente género del desarrollo, es más se ha evidenciado que, al contrario de lo esperado, se ha buscado callar la voz de las organizaciones feministas, desde los niveles del ente deliberante, declarando ciudadanas no gratas (colectivo feminista “Mujer de Plata”), en una muestra del machismo misógino, de una sociedad que se refleja en sus gobernantes.
Dentro de la dimensión geográfica de la sustentabilidad, la reducción de los planes de uso de suelo, solamente a ciertas categorías de uso de suelo, en el ámbito urbano; siendo que, en el rural no han abordado la planificación a nivel de territorio o bien las escalas de trabajo que son insuficientes. Y es que como Municipio de Potosí no se ha abordado en una planificación territorial en base a estudios previos de las potencialidades y vulnerabilidades de los territorios. Un ejemplo de lo anterior se traduce en el creciente y desbordante de actividades mineras en un distrito municipal rural, como es el distrito 16 (Concepción), territorios que no han sido evaluados previamente para el emplazamiento de las actividades mineras con impactos ambientales a muy largo plazo, como las plantas de concentración de minerales con diques de colas en pulpa; donde, dicho sea de paso, adicionalmente existen especies endémicas de la región.
En esta misma dimensión, las actividades mineras de acopio de minerales e ingenios mineros se encuentran dentro de zonas y barrios de la mancha urbana. Si bien existen proyectos para relocalizar estas actividades mineras a un parque de ingenios, no existe medios económicos para su concretización, tampoco una política de responsabilidad de los empresarios mineros para su reubicación, lo cual se entrelaza con la dimensión cultural arraigada, que lo viabiliza y legitimiza.
Por tanto, el nivel Municipal en Potosí desde las posturas del Desarrollo sostenible, es débil; por no decir, prematuro o naciente, no internalizado en los gobernantes ni en la sociedad. Algunas iniciativas, como la instauración de huertos familiares, han modificado algunos procesos; sin embargo, las actividades más depredadoras y extractivistas como la minería, no han logrado siquiera modificarse, en el mejor de los casos han instaurado medidas de mitigación, como paliativos forzados. Además, no se están implantado como política pública institucional dentro de sus planes Estratégicos Institucionales y tampoco en los Planes Territoriales de Desarrollo Integral; por lo tanto, carecen de indicadores para evaluar su evolución y avances. Entonces, tristemente este Municipio es un ejemplo de sustitución del capital humano por el capital natural. Hay mucho por trabajar, invertir, transformar y deconstruir, para una transición justa a lo sustentable.
La Autonomía está herida de muerte por politiquería y corrupción. Y lo lamentable e irónico del asunto, es que muchos de los que llevaron a esta situación siguen siendo autoridades y dirigentes de las universidades bolivianas.
Los acontecimientos recientes en la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí-Bolivia, se constituyen en un trágico desenlace, particularmente por las 4 vidas y la gran cantidad de heridos producto de la avalancha humana que desembocó en la Asamblea Estudiantil del fatídico 9 de mayo pasado. Aunque la debacle de las universidades públicas, se vive casi cotidianamente con uno u otro acontecimiento que echa cada vez más tierra a la agonizante autonomía; lo acontecido, ha sobrepasado hasta los más pronósticos aventureros de la crisis terminal en la que se encuentran las universidades bolivianas. Nos gustaría pensar que con esta hecatombe se ha tocado fondo, pero lamentablemente se sigue en caída libre, con consecuencias que ojalá no terminen con otros desenlaces tan funestos y dolorosos como lo acontecido.
Esta crisis no es reciente, se ha venido forjando desde hace mucho tiempo. Las intromisiones de la corruptela político partidaria en Bolivia, la formación de grupos de poder, las alianzas de corrupción y mediocridad docente-estudiantil y los más bajos intereses de muchos de los otroras dirigentes estudiantiles, convertidos muchos de ellos en actuales docentes, ha venido consolidando una suerte de «usos y costumbres» en las que se ha normalizado el uso y abuso de poder de estos grupos, en nombre y bajo amparo de la denominada «Autonomía Universitaria».
EL ideario de la Autonomía, fue una conquista revolucionaria, que tuvo su momento culminante en el denominado «Grito de Córdoba» en 1918. Este ideario que le dada la tan ansiada «libertad» a la Universidad en sus reformas, para buscar la liberación de los pueblos, a través de la ciencia y el desarrollo del pensamiento desde cada región y cada contexto para el bien de la humanidad, ha sido vilmente sodomizado y puesto al servicio de los intereses de los que se sirvieron para llegar a espacios de poder y conservar sus privilegios, sean docentes o estudiantes.
Cada época tuvo sus representantes. Como olvidar, por ejemplo, que durante la Dictadura de Banzer (1971-1978) o García Meza (1980-1981), se contaron con operadores y gestores políticos dentro de las universidades, que no solo sirvieron como agentes; sino también, propiciaron las intervenciones, con los posteriores y trágicos desenlaces que pagaron muchas de las víctimas, hasta con sus propias vidas.
Actualmente la situación en las universidades públicas, bajo una aparente y ficticia «apariencia democrática» enarbola discursos de «defensa de la autonomía», con altisonantes parafernalias y compromisos, incluso, hasta de «dar la vida por la autonomía»; cuando, paradójicamente, los mismos que se desgarran las vestiduras, son los que han llevado la situación de crisis hasta el extremo en la que nos encontramos. La institución, al igual que una manzana podrida, salta pus por donde se la toca. Testigos mudos son aquellos docentes y estudiantes, que impotentes observan, como hacen de las suyas todos aquellos que tienen la habilidad para manejar a las masas a su antojo y conveniencia, bajo amenaza y censura, de aquellos que osen cuestionar mínimamente sus mañas y oscuros fines. El miedo a ver truncados los estudios de los estudiantes que realmente entraron a la universidad a estudiar o el miedo de los docentes a quedarse sin trabajo u obligados a someterse bajo amenazas de procesos, pesa más que cualquier acto de valor para la denuncia.
A ello se suma, por supuesto, el contubernio en el que también participan, directa o indirectamente, organizaciones sociales, cívicas e inclusive medios de comunicación, para censurar o ejercer su poder sobre cualquier posible disidencia. Situaciones extrañas y extremas; normalizadas, por ejemplo, en la Universidad Autónoma Tomás Frías, no hace mucho, se reflejó en candidaturas a senadurías, alcaldías y otros, por dirigentes de sindicatos y autoridades académicas, que cínicamente, no tuvieron el mínimo reparo en participar de estas contiendas políticas, aún sin haber renunciado a sus cargos dentro de la universidad. O el caso de las contrataciones recientes de asesores, que en su momento fueron actores o candidatos políticos conocidos, pese al periodo de austeridad económica actual, en la que están expresamente prohibidas las contrataciones de nuevo personal.
La conclusión es evidente, la Autonomía solo ha servido y sirve para los intereses de grupos de poder o grupos políticos que operan a través de las universidades, para sus bajos y mezquinos intereses políticos, aún a costa de usar, manipular y corromper a los estudiantes y docentes, para sus fines. Lo vergonzoso y lastimero del asunto, es que muchos nos damos cuenta de esto, pero no hacemos o no podemos hacer nada. La censura se amplía también a estratos político cívicos. Actualmente, por ejemplo, la dirigencia cívica de Potosí, está conducida desde la universidad. El recuerdo de las persecuciones, golpizas, amedrentamientos, bloqueos, tapiados (hasta incluso de la Fiscalía), quema de cortes electorales y otros cometidos por algunos denominados cívicos (actualmente algunos prófugos de la justicia) está reciente en la memoria de las víctimas. Todo ello sin contar la corrupción y la extensa documentación; como los hechos publicados en el informe del Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción en el 2015 o el amplio reporte de casos publicados en periódicos de circulación de Bolivia.
La Autonomía está herida de muerte por politiquería y corrupción. Y lo lamentable e irónico del asunto, es que muchos de los que llevaron a esta situación siguen siendo autoridades y dirigentes de las universidades. Actualmente se viene desarrollando el XIII congreso de Universidades, y se ha sembrado en la mente de toda la gente (a través de algunos medios de comunicación funcionales y el aparato propagandístico) que, en este espacio se buscará solucionar los problemas de la universidad boliviana. Pero se olvidan decir que, los actores (o sus herederos) de esta situación siguen omnipresentes, organizando, manipulando, haciendo pactos de mediocridad, corrompiendo y comprando conciencias; siguen aquí, como un cáncer terminal, frotándose las manos de satisfacción, pues el discurso y los aliados cambian, pero sus fines aciagos y oportunistas, nunca. Ya lo dice el refrán «maña y figura hasta la sepultura».
Bolivia es un país mega diverso; en biodiversidad, ecosistemas, pisos ecológicos. Y desde el punto de vista de la producción de alimentos, existen una multitud de posibilidades, que se han adaptado a las condiciones de los ecosistemas. Es en ese sentido, la producción de hortalizas en nuestro país es amplia, desde los llanos orientales hasta el altiplano. En la región altiplánica la producción es principalmente en carpas solares, por las características imperantes del clima.
La región del Municipio de Potosí no está exenta de la producción de hortalizas; es así que, durante los días 17 y 18 de febrero del año 2022 se realizó el curso de capacitación sobre producción de Hortalizas. Curso organizado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), la Carrera de Ingeniería Agronómica de la UATF, Fundación ACLO, la Jefatura de Promoción a la Inversión del Municipio de Potosí y la institución Contexto. En el que participaron colectivos de activistas, productores, estudiantes universitarios y profesionales.
El curso abordó temáticas dentro de la cadena productiva de las hortalizas en el Municipio de Potosí, con las facilitadoras: Ing. Claudia Sainz e Ing. Carmen Villarroel, expertas en la temática.
El Colectivo ACONTRAVIA.COM que, aglutina a activistas sobre Medio Ambiente, Filosofía y Derechos; participó en dicho curso. Destacándose la importante y urgente necesidad de realización de este tipo de cursos e iniciativas, donde exista diversidad de actores, de manera que se pueda realizar un dialogo de saberes desde la co-construcción del conocimiento entre todos.
El primer día ha sido bastante fructífero, pues se han abordado aspectos teóricos de amplía relevancia en relación a la producción de hortalizas; pues no olvidemos que la teoría es el soporte dinámico de los procesos de construcción del conocimiento. Rescatándose como aprendizaje de esta jornada aspectos fundamentales, como la importancia de un buen manejo; pero, sobre todo, la relevancia e importancia de producción ecológica, no como mera publicidad de alternativa para los ambientalistas, no por moda; sino, como una necesidad urgente e imperante y uno de los retos más fundamentales para la agricultura contemporánea.
El curso, además, ha facilitado herramientas practicas a través de una seria de habilidades y competencias basadas, por ejemplo, en soluciones que se encuentran en la misma naturaleza, como es el Manejo Integral de Plagas, donde la relación depredador – presa hace posible controlar ciertos desequilibrios en los agroecosistemas, por medio de relaciones ecológicas de equilibrio que la naturaleza y la evolución han creado: las mariquitas se comen a los pulgones y permiten un sano convivir entre meso fauna, suelo y planta ¡ qué maravilla!
También se ha podido observar también que los productores de la comunidad de Chiutara, del Municipio de Potosí, se están organizando y están haciendo posible una producción de hortalizas en carpas solares; si bien no cuentan con una certificación de Productores Ecológicos, su tramitación está en ese proceso. Evidenciándose, además, el fortalecimiento de sus capacidades, ampliando su horizonte en la variabilidad de productos sembrados y cosechados. Algunos productores cuentan, incluso, con sistemas de riego artesanal, cuya eficiencia en el uso de agua es mayor en comparación a un sistema de riego por aspersión comercial. Asimismo, uno de los productores, don Hugo Garnica, cuenta con paneles solares como fuente de energía para alimentar y funcionar su sistema de riego por aspersión a campo abierto, lo cual hace que su producción tenga varios de los componentes desde el punto de vista de la sostenibilidad y sustentabilidad Ambiental.
El reto mayor de los productores de esta región es entrar de lleno en la producción ecológica certificado; y a la par, el otro reto importante, es buscar mercados para su comercialización. Mercados justos y equitativos, espacio donde se posibilite la tan ansiada relación estrecha entre consumidores y productores ecológicos, donde se impulse un sistema de producción de alimentos sostenible y sustentable.
Es por esta razón que, como Colectivo ACONTRAVIA.COM, entendemos que la agroecología a través de una agricultura ecológica evaluada de forma sistémica y ordenada, es la mejor y más justa solución para poder afrontar el desafío de la alimentación en nuestros territorios. Una alternativa justa con el medio ambiente, con los pueblos, con la salud de los consumidores y con las economías comunitarias.
Dicen que las casualidades no existen, que los similares se buscan y eventualmente se encuentran producto de una mecha encendida donde se aviva la lumbre; lumbre de individuos con caminos hilados, pero con un mismo tejido.
Los tejidos sociales de defensores de la naturaleza, del sustento de la vida como la conocemos, esta vez, unidos por UNITAS (Unión Nacional de Instituciones de trabajo por la Acción Social) y líderes del país acoplados por LIDEMA (Liga en defensa del Medio Ambiente) en un viaje astral de encuentros, de reencuentros, de compromisos, de reafirmación de la convicción de defensores.
Tres días de ardua labor: 11, 12 y 13 de noviembre de 2021, en el curso nacional “Derecho a un ambiente sano y derechos de la Naturaleza, Defensores ambientales defensores de la Vida, desarrollado en La Paz Bolivia”. Donde coincidieron y se encontraron luchas y causas comunes, en pro de la vida en todas sus formas.
Primer día del evento ya todos sabíamos a qué rumbo apuntar el trabajo: consolidar la sinergia como defensores de la naturaleza, en el segundo día; y pues claro, ha sido exitoso, pues el día tercero ya habíamos creado una plataforma donde los integrantes del tejido convergimos, donde nuestras luchas por los derechos de la naturaleza no sean aisladas, anuladas, criminalizadas; donde exista paciencia y acompañamiento en momentos espinosos del tramo de la defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente sano. Un defensor ambiental informado es un defensor consagrado a su causa.
Y a propósito de defensores, alguien dirá: ¿Por qué defensores de la naturaleza y de un medio ambiente sano? Porque la naturaleza tristemente necesita ser defendida; defendida de intereses, de modelos económicos globales, de transnacionales, de nacionales. Defendida de la desinformación, o la información no fidedigna, tergiversada o robada. Coincidimos, también, que acaecerán días negros, sin duda, habrá días ausentes de ímpetu; pero lo que no pasará es que la lumbre se apague, pues su energía es inconmensurable, es alternativa, es amigable con la “pacha” (tierra) y amigable con sus componentes. Pero también estamos conscientes que en el proceso de defensa habrá otros tipos de hogueras, con energías robadas, manchadas, fósiles; que, desde luego, a diario buscarán invisibilizar las sinergias y las luchas. No obstante, las estrategias son clave, claves para reducir las criminalizaciones, los riesgos en el tramo de la lumbre.
Pero el curso ha demostrado que no todo es luctuoso, los tejidos son firmes, son de Churqui (Acacia caven Mol.) y tienen Ñec´ke (fuerza); son cimientes de la lucha, por los ríos que fluyen, que cuentan historias felices y tristes en sus trayectos, dolor por contaminación, dolor por extractivismo, por el crecimiento maligno a costa de la “pacha”; pero que también cuentan memorias de nevados nacientes y de ríos infantes.
En el proceso se han adherido al tejido “tomadores de decisiones” no liadas, cual hilachas del tejido; metidos en sus entrometidos intentos de protección y aparente defensa del medio ambiente; sin tiempo para lo que requiere tiempo; pero, eso sí, siempre listos para figurar.
También es sabido que con la plataforma no basta, el tejido requiere sustrato, alimento; por lo que la convicción de sus integrantes es la tierra fértil. Se requiere de nexos, de diálogos, de hacer comunidad, de buscar alternativas al rumbo de la defensa. Cuestionar el desarrollo, el crecimiento, los métodos y estrategias con los cuales defendemos y luchamos. El clamor de las luchas a quienes las dirigimos y como lo hacemos. Con métodos de incidencia sobre la importancia de la naturaleza, diferenciados por estratos, por edades y comunidades.
Es por eso que, los retos empiezan y se reafirman: fortalecer las plataformas de defensores y activista desde nuestros lugares de trabajo, desde los municipios y departamentos. No fue casualidad que los defensores nos buscamos y nos encontramos; ahora, es imparable el proceso, pues mientras el mundo vaya por la vía de la destrucción masiva de la naturaleza, los defensores siempre iremos a “acontravia”
Es así que, desde el Blog “acontravia.com”, como integrantes del tejido sinérgico, asumimos este compromiso con lumbre de energías alternas, siempre que exista vulneración a los derechos de la naturaleza; y mientras unos transiten hacia cosificar la naturaleza, nosotros siempre transitaremos rutas de libertad.
El peligro se siente en el aire, está presente, crece y se hace cada vez más poderoso. El fascismo no está jugando, se mantiene expectante para dar la estocada final y fulminar todo lo que se interponga en sus fines. Por ahora, fingir el juego democrático es conveniente; pero luego, sacará las garras y los dientes; y sin compasión, arremeterá para imponer su voluntad, desde y a partir del ideario y construcción identitaria regionalista. Es previsible que, una vez consolidado el separatismo, se convertirá en una doctrina federal-nacionalista “cruceña”.
Días atrás, titulares de la prensa boliviana han reseñado la polémica por el desconocimiento del valor simbólico y como Símbolo Patrio de la Whipala en los actos protocolares del CCXI aniversario del Grito Libertario del Departamento de Santa Cruz, realizado el 24 de septiembre del 2021. Este acto polémico culminó con la negativa del Gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, de otorgarle el uso de palabra al presidente en ejercicio de Bolivia, David Choquehuanca, con la justificación de que, al haber izado la Wiphala en el atrio sin permiso de “los dueños de casa”, fue una provocación y una ofensa para el pueblo cruceño.
Este acontecimiento, no constituye un hecho aislado; más aún, se constituye en un nivel más en la escalada de tensiones que se va generando, de un tiempo a esta parte, en pro de la reactivación de la confrontación y situación de conflicto en el País, cuyos fines principales intentaremos desentrañar en este artículo de opinión.
Es necesario, inicialmente, dirigir nuestra atención a la problemática de la identidad y tradición que se asume como agraviado por la iza de la Whipala, símbolo “extraño” e impuesto. Este supuesto agravio surge a través de la exaltación y creación de raíces étnicas y culturales con un profundo sentido tradicionalista; buscando justificar un sentido forzoso de una identidad construida y diseñada, para mostrar un destino común hacia la grandeza y prosperidad a partir de esa identidad asumida. Identidad diseñada a la medida de un conservadurismo separatista, que responde sobre todo a intereses económicos y de clase; cuyo objetivo final es buscar el poder político permanente, basado sobre todo, en la construcción de un sentido histórico. Buscando responsabilizar de los problemas y la imposibilidad de su realización por el “extraño”, el migrante de otras regiones o las políticas centralistas del gobierno; que, supuestamente interfieren con los designios de grandeza a los cuales está destinado el pueblo para el completo desarrollo y aplicación de su modelo-identidad “cruceño”, según se hace ver por los artífices de esta construcción.
Más allá del derecho legítimo a la construcción y reivindicación cultural permanente, a la que tienen derecho los pueblos; lo peligroso del asunto surge cuando se busca direccionar y distorsionar el sentido de identidad, a partir de la exclusión, rechazo o la discriminación del otro. Y esto se demuestra en el acto de denegación a la iza de un símbolo patrio, cómo es la Whipala; manifestándose, por sus detractores, que este símbolo no representa, y por ende es una provocación, a la región. De esta manera, este sentido de identidad se moldea hacia una posición de confrontación directa y excluyente; qué se constituye, además, un desafío hacia el sistema legal y político; y por ende, hacia la Constitución misma del estado boliviano. De manera que, si esta identidad direccionada no se siente representada dentro de la nación en la cual se encuentra, será cuestión de tiempo la inminente separación de esa nación, bajo el argumento del derecho a autogobernarse según lo manda la necesidad del sentido de su identidad amenazada.
Este encaminamiento de la identidad hacia la exaltación de sus tradiciones, busca en el fondo una pureza étnica y cultural. Un sentido incuestionable de uniformidad dentro del ideario establecido sobre los constructos identitarios. Y aunque, inicialmente se enarbolan discursos de integración de pueblos indígenas u otros sectores de la población, que no son nacidos en esa región, más temprano que tarde estarán obligados a asumir la decisión de estar dentro o fuera del movimiento identitario. De decidir, si se pertenece a la región, su identidad y sus principios; o, a marcharse si no comparte el sentido ideológico de esta identidad excluyente.
Lo llamativo del asunto es que, se viene reivindicando un movimiento supuestamente democrático o que busca una democracia; pero, democracia no es exclusión, y de ninguna manera debería asumirse como causa de amenaza o provocación, el acto de izar una bandera; más aún, cuando este emblema está reconocido por la legislación del Estado Boliviano. De esta manera el discurso democrático qué enarbolan los caudillos del movimiento separatista, se cae, por este tipo de acciones de intolerancia y exclusión.
Este tipo de actos de reivindicación y direccionamiento hacia una identidad separatista, busca reafirmar el liderazgo caudillista: peligroso y fascista, que se van enquistando de manera sutil pero progresiva en el sentido de pertenencia y reafirmación en el sentido de identidad regionalista de la gente; a través de un proceso de manipulación mediática por los medios de comunicación que están al servicio de los grupos de poder y que, por supuesto, están también detrás de este movimiento regionalista-separatista.
Este movimiento regionalista-separatista, viene siendo caracterizado desde un tiempo a esta parte, además, por promover un rechazo y desprecio hacia todo aquello identificado cómo externo y extraño a ese constructo identitario: el sentido de los camba o de lo cruceño puesto en contraposición antagónica frente a lo colla, a lo andino. De esta forma, la estrategia de moldeamiento y construcción identitaria, se desarrolla por la reafirmación permanente de este sentido de identidad regionalista, supuestamente tradicional e histórica; en el que, por supuesto, no encaja lo “andino” del occidente boliviano. Esto no obstante, y paradójicamente, de la ascendencia andina o del origen étnico de regiones tan dispares como los Balcanes, de dónde provienen, también, muchos de los ascendientes de los caudillos separatistas que dirigen hoy este movimiento.
La debilidad y fragilidad de este discurso identitario separatista, se contrasta con la diversidad y sincretismo cultural, que caracteriza hoy en día a la idiosincrasia cultural e identidad boliviana; más aún, en la región oriental y específicamente en el departamento de Santa Cruz, donde muchas manifestaciones culturales andinas han sido asumidas como propias y son practicadas cotidianamente en las diversas actividades sociales y manifestaciones culturales y recíprocamente, también, en cada una de las regiones del país. La tendencia hoy en día es que, este sincretismo se vaya profundizando; y se transforme en un mosaico y amalgama cultural rica en diversidad, tradición y costumbres.
Este hecho es intencionalmente desconocido por los grupos de poder y por el caudillismo fascista que se va incubando en esta región. Se ha venido utilizando hábilmente, el desencanto social y la frustración “in crescendo” a partir de la reelección indefinida de Evo Morales, que fue contrario a una voluntad del referéndum; lo cual ha sido hábilmente capitalizado en muestras y manifestaciones permanentes de exaltación de la voluntad popular a través de un peligroso caudillismo fascista; que recogió y articuló, juntamente los grupos de poder político y económico de extrema derecha, este sentir para generar el derrocamiento del gobierno boliviano en el 2019.
Dado que las masas, tradicional e históricamente, han sucumbido a las acciones y gestos temerarios de sus caudillos, en situaciones de confrontación; no ha sido difícil la exaltación, con cierto aire de divinidad para sus acólitos, de este liderazgo fascista y regionalista-separatista. Está aún reciente el recuerdo en la memoria, cuando arropado por militares y policías; y ya, con el gobierno derrocado en el 2019, cómo el líder del derrocamiento, ingresó al palacio de gobierno con biblia en mano y dos rodillas ante su divinidad, consumó su acto de exaltación mesiánica, como caudillo ungido por la voluntad de dios.
Ahora, el caudillo mesiánico se ha entronizado del poder regional con el que fue electo como Gobernador de Santa Cruz. Se ha transformado, a sí mismo, en la voz del pueblo. En la voz de dios que habla a través de su boca; en el caudillo mesiánico qué no solo ve como su posesión privada a todo un departamento; sino que, se arroga, incluso, ser uno e indivisible con el pueblo “cruceño” que dice representar.
Actualmente, el discurso regionalista-separatista denota una exacerbación agresiva de un regionalismo intolerante y excluyente con todo aquello que sea considerado diferente, o que represente una amenaza a sentido identitario moldeado por un conservadurismo hecho a la medida de los intereses de grupos de poder detrás del movimiento. Ya se observa, por ejemplo, cómo comienza a exigirse subordinación al supuesto supremo interés de la región; que, por supuesto, está intrínsecamente ligado a la voluntad del caudillo.
A ello se suma una permanente convocatoria para la movilización y la acción de las masas; a partir de la creación de un escenario en el que se muestra que la región, que dice defender, es víctima de supuestos avasallamientos, imposiciones culturales, imposiciones económicas e incluso imposiciones ideológicas. De esta manera, las masas se mantienen alertas y en permanente acción defensiva; que, fácilmente, pueden derivar en cualquier momento a una acción ofensiva y descontrolarse en actos de violencia y confrontación que trágicamente podrían derivar, incluso, en una indeseada guerra civil, como pregonan, en redes sociales, las voces más radicales del movimiento separatista.
Bajo este discurso regionalista y separatista, se hace un llamado permanente para una unificación de estilo corporativista, unas veces por prebendas y otras por miedo. Se convocan a empresarios, organizaciones sociales trabajadores; e incluso ahora, a sectores indígenas y campesinos, que históricamente han sido explotados y avasallados hasta la servidumbre, por los mismos hacendados y terratenientes que ahora dicen apoyar y juran reconocer sus derechos como pueblos originarios. Paradójicamente, también, estas mismas clases de otrora, ahora resultan en defensores de los recursos naturales y territorio, cuando son los principales explotadores de la naturaleza y comercializadores de tierra y territorio con fines de acumulación económica.
Sin embargo, fue durante el golpe de estado del 2019, que ha sido revelado el verdadero rostro fascista de este caudillismo mesiánico sustentado por los grupos de poder económico y político. Durante el cruento golpe de estado, donde se ha masacrado inmisericordemente a ciudadanos bolivianos, han sido grupos militares, policiales y grupos irregulares parapoliciales, quienes juntamente con los comités cívicos se han puesto al servicio de los delirios fascistas del caudillo mesiánico, todo ello con la bendición de algunos jerarcas de la Iglesia Católica. Tristemente, se ha observado cómo se sembraba miedo y se imponía el autoritarismo de los operadores del gobierno de facto, elegidos para tal fin. Resulta hasta patético, por ejemplo, el show mediático con el que se pretendió ensalzar la movilización de “las ollas comunes” en un stand de la reciente FEXPO en Santa Cruz; cuando es un recordatorio, para muchas personas, de los abusos, persecuciones, encarcelamientos, tapiados de instituciones públicas, personas humilladas y denigradas, funcionarios obligados a renunciar por los abusos y agresiones de estos grupos parapoliciales fascistas. Es, también, triste y lamentable, cómo estos mismos Comités Cívicos, añoran esas épocas: pronunciamientos, manifiestos, amenazadas, convocatorias y otras acciones para la sedición en pleno 2021. Todo ello es un doloroso recordatorio que, en Bolivia, las acciones sediciones gozan de impunidad, incluso permisible por el actual gobierno que fue derrocado, precisamente por estas acciones. Al parecer el cálculo político, el miedo a perder el poder o la conveniencia política oportunista, tienen más peso que el peso de la justicia.
Estos posicionamientos fascistas están lejos de terminar. Los Comités Cívicos siguen destilando odio e intolerancia hacia el disenso o la oposición. No están lejos las acciones a las que fueron sometidos ciudadanos, prácticamente, condenados a una muerte civil, cuyo supuesto delito fue pertenecer al partido político derrotado o por no seguir los mandatos autoritarios de los caudillos cívicos entronizados, que dicho sea de paso, tenía licencia para todo, durante el fatídico golpe de estado del 2019. Estas persecuciones, vejámenes y abusos, pueden activarse en cualquier momento. Siempre comienzan con los famosos paros cívicos movilizados, que son acciones fascistas de hecho, dirigidas contra los derechos y libertades de la misma gente que dicen representar. La estrategia cívica es espeluznante: estrangular y torturar al pueblo que dicen amar para sus ambiciones desmedidas de poder, imponiendo el terror fascista en cada acción de sedición que se organiza. La doctrina del terror cívico: “quién no está con los intereses del pueblo (que por supuesto son los intereses de los cívicos) está contra el pueblo, y el pueblo (entiéndase como caudillos cívicos) tiene del derecho de tomar todas acciones necesarias contra aquellos que estén en contra”.
Si bien, el movimiento regionalista-separatista y su caudillo mesiánico, en el pasado, por conveniencia y oportunismo político, se ha pronunciado por un supuesto respeto hacia lo diferente “andino” o “externo” con relación a su carácter identitario; hoy en día, ya no es necesario fingir. El racismo exacerbado no puede contenerse y tampoco se evita. Este racismo no es reciente, ha sido alimentado durante años, difundiendo un sentido distorsionado de superioridad de lo «camba» frente a lo «colla», identificado como lo “extranjero” pese a ser parte de una misma nación y lo ajeno al modelo-identitario “cruceño”.
Es así que, el acto de desprecio hacia un Símbolo Patrio, como es la Whipala, más allá de las connotaciones políticas y legales, refleja un profundo acto de intolerancia y racismo. Más aún, cuando proviene de una autoridad regional qué fue electa democráticamente y que al parecer olvida que más de un 45% no votó por él y dentro de los que votaron se encuentran, paradójicamente, personas que se identifican culturalmente con la Whipala. Es previsible que este acto político de provocación repercutirá en la profundización del racismo, ya exacerbado por este movimiento separatista; generando un clima de tensión, que podría fácilmente derivar en una confrontación de imprevisibles consecuencias.
Al parecer es un acto deliberado lo manifestado por el caudillo mesiánico, cuando dijo: «vamos a terminar lo que comenzamos…». Bajo un escenario de confrontación se podría re articular un escenario de movilización y conflicto en el país. No deja de llamar la atención, por ejemplo, el conflicto de los cocaleros de los Yungas, cuestiones como quién está detrás de estas confrontaciones, qué intereses políticos hay de por medio, quién financia las movilizaciones y otras cuestiones quedan en el aire. Una convulsión social favorecería al caudillo mesiánico y al movimiento regionalista-separatista; pues, entre otros aspectos, consolidaría y unificaría el movimiento en torno a él cómo figura insustituible del movimiento. En un eventual y con un escalamiento del conflicto y confrontación favorecería la estrategia fascista del caudillo mesiánico. Las masas que lo siguen, al verse confrontadas, no tendrían otra opción que asumir acciones de hecho, pues estarían defendiendo su región su identidad y su cultura.
Esta vez el objetivo de un eventual intento de golpe de estado, no sería tanto tomar el poder nacional; si no, ganar una posición estratégica para consolidar los fines separatistas. Desequilibrar el poder del país para independizarse. No existe un mejor escenario para lograr la ansiada separación, que un país dividido y en conflicto, asfixiado por las movilizaciones. Lo patético del asunto es que, seguramente, los Comités Cívicos y grupos de oposición política del país van a seguir ingenuamente el juego de confrontación, pensando que ganarán poder político; y, sin embargo, serán utilizados y luego descartados cuando se consolide una separación definitiva. En este escenario qué es el objetivo final de estos grupos de poder y del caudillo mesiánico elegido para este fin.
Detrás de la máscara de demócrata, de cualquier caudillo mesiánico, se encuentra un profundo delirio de poder. El arrogarse la voluntad de todo un pueblo para convertirse en un mesías salvador y utilizar acciones fascistas, disfrazadas de fundamentalismo religioso, lo convierte en un potencial peligro para la paz y la convivencia democrática. Históricamente han existido varios caudillos mesiánicos fascistas, todos ellos con grandes delirios megalomaníacos y profundas actitudes narcisistas. Creyendo ser los elegidos, por la voluntad de dios, para salvar a su pueblo de los enemigos externos que lo amenazan. Estos caudillos mesiánicos fascistas casi siempre pretenden o simulan ser personas del pueblo, al respecto, recuérdese la fotografía en las redes sociales del caudillo mesiánico del movimiento regionalista-separatista, tomándose un helado; sentado humildemente, en el puesto de venta, pero olvidando el pequeño gran detalle de qué las personas del pueblo no usan trajes de marca y tan caros para posar en una foto.
Otra de las habilidades de todo caudillo mesiánico es la manipulación de las masas. Históricamente, se ha visto cómo a través de un trabajo propagandístico, con ayuda de algunos medios de comunicación y, por supuesto de operadores políticos, se utiliza a la gente para la consolidación del poder en torno a su figura. Trabajadores, empresarios, desempleados; y, ahora, hasta grupos indígenas son movilizados; no solamente como una forma de demostración de poder político, sino también como un medio hábilmente camuflado para lograr el objetivo final, ya referido líneas arriba: el separatismo y la independencia, y con ello, el control del poder total. Los discursos de federalismo o reivindicación de mayor autonomía, solamente son decoraciones discursivas y retóricas. El fin último es la consolidación del poder político en el líder caudillo y los grupos de poder económico que están detrás de estos movimientos. Para ellos, por ahora, es conveniente jugar al juego democrático; pero, no se dude que, en el momento indicado se va utilizar todos los recursos disponibles para imponer su dominio. Y en ese momento de nada servirá a las masas darse cuenta que han sido utilizadas. Será demasiado tarde. El monstruo del fascismo emergerá pisando a todo aquel que se interponga en su camino, así sean los mismos trabajadores, empresarios, indígenas y demás que en su momento se creyeron el cuento que la lucha era por ellos; incluso los grupos de poder que ahora lo respaldan, en el momento indicado podrían estorbar. Más temprano que tarde, una vez tomado el poder total, gobernará el miedo, el control de la verdad, la censura de la disidencia. Una vez que no sea necesaria la sutileza, la máscara del fascismo caerá y enseñará su verdadero rostro de autoritarismo, tiranía y dictadura.
Además no debe olvidarse que, detrás de este movimiento están, también, intereses geopolíticos internacionales de poder. No es secreto, por la amplia documentación que circula en las redes que, el golpe de estado en Bolivia del 2019; contó con el apoyo organizativo, material e incluso financiero de varios países y grupos empresariales. La articulación de un movimiento cívico, militar y policial no fue circunstancial y espontáneo, fue organizado y planificado con varios años de anticipación; y, movilizó, por su puesto, grandes cantidades de dinero para sostener los bloqueos, articular los motines policiales-militares y la logística de las movilizaciones durante ese periodo.
El peligro se siente en el aire, está presente, crece y se hace cada vez más poderoso. El fascismo no está jugando, se mantiene expectante para dar la estocada final y fulminar todo lo que se interponga en sus fines. Por ahora, fingir el juego democrático es conveniente; pero luego, sacará las garras y los dientes; y sin compasión, arremeterá para imponer su voluntad, desde y a partir del ideario y construcción identitaria regionalista. Es previsible que, una vez consolidado el separatismo, se convertirá en una doctrina federal-nacionalista “cruceña”.
De nada servirá discursos pachamamistas de equilibro, amor y fraternidad cósmica. No debe subestimarse al fascismo. Para el fascista no importan los medios para conseguir sus fines de control y poder total. El movimiento fascista-separatista, no es un simple hecho aislado por un grupo de desubicados, como se pretende hace ver por algunos políticos y gobernantes. Es un movimiento muy bien planificado y organizado que cuenta con gran cantidad de recursos, financiamiento, logística y apoyo exterior. Aunque el fascismo, por esencia, no tiene ideología, gran parte del apoyo canalizado por este movimiento viene de la ofensiva política contra las ideologías socialistas y de izquierda. Ya se ha visto su capacidad de movilización en el pasado; se ha visto, también, la capacidad de manipulación de las masas y sus acólitos; que no hace mucho pedían, incluso de rodillas, un golpe militar contra la democracia. Esta vez el fascismo no tendrá compasión, si se les da otra oportunidad para retomar el poder, no dudarán en aplastar y destruir, con biblia en mano incluida, al que se interponga en su camino.
No se debe olvidar; y, debe ser un recordatorio permanente, lo dicho por Martin Niemöller, sobreviviente de los campos de concentración Nazi:“ Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí”
La incertidumbre y conflicto de poder en Bolivia no da tregua. El último campo de batalla se dio en las carreteras con los famosos bloqueos. Demás está decir, que estos medios de protesta tan ampliamente utilizados y aceptados, no solo se han convertido en parte del imaginario colectivo de lucha en Bolivia; sino también en un eficaz mecanismo de desgaste al contrincante político, usualmente en el poder, a través de la asfixia del pueblo que se ve privado del derecho a la libre circulación y locomoción garantizada por la Constitución Política del Estado. Pero, los derechos en Bolivia, casi nunca han sido totalmente aceptados y menos respetados. Se ha visto, por ejemplo, cómo en este último bloqueo convocado por la COB y el Pacto de Unidad, los bloques cívicos y políticos del gobierno, se han desgarrado las vestiduras alegando incluso “crímenes de lesa humanidad” por la imposibilidad de transporte de oxígeno durante la pandemia, lo que, desde ya, es deplorable; pero, por supuesto, tampoco hay que caer en la ingenuidad para tragarse todo el discurso y la parafernalia de los grupos de poder que utilizan y utilizarán cualquier conflicto a su favor, para sacar rédito político y echar las culpas de los males del mundo al partido político MAS y a su caudillo demócrata Evo Morales; que, en su momento, como mal capitán, dejó el barco naufragando. Lo paradójico y cínico del asunto; es que, esos mismos que se rasgan las vestiduras, bloquearon, también, maratónicamente; estrangulando como siempre al ciudadano que se encuentra, sin querer, atrapado en los embates y las angurrias de poder de los “mercenarios políticos”, cuyo único interés es imponerse y utilizar la maquinaria del estado para sus fines políticos y económicos. La lógica cínica aplicada para justificar sus acciones de doble moral es el discurso de: “Nosotros – los buenos- bloqueamos por democracia y ellos –los bestias- bloquean por ser terroristas”. Lo funesto del asunto, es que toda la maquinaria propagandística del gobierno, realiza un buen lavado de cerebro en sus adeptos, haciéndoles creer la consigna de que: “nos quieren arrebatar la democracia”, o peor aún, apelando al chantaje emocional de las consignas nacionalistas al estilo de: “la patria está en peligro”, como si los que reclamaran, justa o injustamente, no fueran también parte de la patria. La doctrina del “enemigo interno” se activa para perseguir, desactivar y anular al enemigo.
En un país, donde se vulneran los derechos humanos, como lo sucedido en las masacres de Senkata y Sacaba – y también con una brutal persecución por el aparato judicial al servicio del poder de turno- resulta casi irrisorio tratar de persuadir y llamar a la reflexión y racionalidad. El poder no entiende razones, más que aquellas que le permiten aplastar al enemigo. Y por tanto, no se puede esperar que sigan el juego democrático y sus reglas. Una vez probado el poder, para los políticos (tómese como politiquero), es difícil dejarlo, sea por miedo o por dependencia por adicción. Y por tanto, cualquier acción o intento de reivindicación de derechos será tomado como subversivo y clasificado como “terrorista”.
Esta suerte de acontecimiento, lamentablemente, se ha suscitado por los intentos desesperados de perpetuarse en el poder de estos grupos de poder que, con el apoyo de los cívicos, militares y policías, tomaron el gobierno. Al parecer, es cierto aquello de que: todo tiene su precio y estos grupos lo saben; pues tienen el poder económico y suficientes recursos para allanar las mentes y las conciencias; a través del odio, la manipulación y la desinformación; que hoy en día, sobreabunda en las redes sociales. Es bien sabido que, detrás de todo interés político, existe también un interés económico y, lógicamente, el control del gobierno garantiza el retorno de su inversión. Por supuesto; también existe el ingrediente- no menos importante- geopolítico de los intereses imperiales, para los cuales, aunque Bolivia sea un botín pequeño, no deja de ser un botín, especialmente por el litio, en la actualidad. Cumpliéndose, en consecuencia, aquello de que: “nuestra riqueza es nuestra maldición”. Y al final -más allá del exabrupto de Elon Musk, corresponsabilizándose de los golpes de estado, por recursos como el litio- no deja de ser evidente, históricamente, que todo se confabula en una misma agenda de intereses geopolíticos, de conveniencias afines y complementarias: “ si tú me sirves y yo te ayudo”.
La pérdida del poder político de las denominadas “organizaciones sociales” y los sectores sociales identificados con las políticas del anterior gobierno, terminaron de eclosionar por los galopantes actos de corrupción-como el caso de los respiradores, sobreprecios de insumos médicos, cobros irregulares en empresas estatales, etc. -, suscitados durante el periodo del denominado gobierno transitorio; y sobre todo, por la forma tan política con la que se manejó el tema y las fechas de las elecciones nacionales. La justificación de los picos, riesgos de contagio y demás, se vinieron abajo, con las concentraciones que protagonizaron, incluso, los adeptos del gobierno: grupos de choque irregulares de tinte paramilitar, como la Resistencia Juvenil Cochala (RJC) -que aparentemente tienen el visto bueno del gobierno para enfrentamientos y desbloqueo – o el llamado a concentraciones masivas del Comité Cívico de Santa Cruz, que también movilizó a sus adherentes, sin consideración de ninguna medida de prevención, con el propósito de desbloquear por la fuerza.
Las fuerzas armadas y policiales estuvieron en apronte, esperando la orden. La maquinaria bélica se activó. Circularon incluso, por redes sociales, que el plan estaba listo; armamento de uso no militar, aparentemente habría ingresado al país, para deslindar responsabilidad por cualquier muerte. Otra masacre se detuvo, por ahora. La estrategia de desmovilización fue la promulgación de elecciones que se llevarán indefectiblemente hasta el 18 de octubre del 2020; y con ello, las protestas que llegaron a pedir la renuncia de la Presidenta Añez, cesaron temporalmente. La gobernante no tardó en hacer suyo el aparente triunfo, indicando incluso que: “dos veces había pacificado el país”; aprovechando el momento para hacer campaña política, al dar a elegir entre el “gobierno de los bloqueos del MAS y el suyo”. Este oportunismo casi temerario, no consideró el riesgo imprudente de subestimar a una parte importante de la población, para los cuales ella representa el golpe de estado a la democracia y las trágicas muertes en su llamada «primera pacificación del país»; además, de un gobierno de facto instaurado por una alianza cívico-militar y policial, que se articuló a partir de gestiones y negociaciones con los grupos de poder que fueron susysus promotores y sus gestores. Hoy, se vislumbra un debilitamiento de estas alianzas; y por tanto, el escenario político, nunca antes fue más peligroso y volátil, que ahora. El juego de intereses no termina por consolidarse en el poder y empieza a resquebrajarse, por las promesas incumplidas y por el sabor a poco, en la boca de muchos que manifiestan que solo fueron utilizados de forma oportunista y que es poco probable que se cumplan las “promesas” realizadas a cambio del apoyo en el derrocamiento.
Además, está el factor “miedo”: ¿Qué sucedería si el MAS retorna al poder? ¿Qué sucederá con los que participaron en el derrocamiento del gobierno? Por supuesto, ningún ser humano que se considere como tal, querría venganza. Pero estamos hablando de políticos y la mayoría de las veces, el juego de la política, es el juego de la venganza. Claro que un escenario posible, es que se establezcan alianzas, por debajo de la mesa. Pues, en el juego político, los que son tus enemigos ahora, pueden ser tus amigos y aliados en el futuro, como le sucedió al ex-presidente Correa con su antiguo aliado Lenín Moreno, quien una vez en el poder no dudó en perseguirlo, como si se tratase de su peor enemigo.
Y si nos aventuramos, en otro escenario ¿Será tan fácil para el MAS retornar al poder? En el supuesto de que la solución a la crisis en el país se produciría por la salida democrática, a través de las elecciones; pero ¿Será que se aceptará tan fácilmente un triunfo del MAS que va adelante en la intención de voto, en casi todas las encuestas? Y más allá de la polémica, de que sea cierto o no el llamado “fraude” en las elecciones pasadas- a la fecha está en proceso de investigación este caso en la justicia boliviana; y aunque ya se sabe cómo actúa la justicia en este país (dicen que ahora aparecieron papeletas marcadas que probarían el fraude), nadie podría afirmar ni negar este hecho, mientras no se demuestre lo contrario en instancias judiciales- lo llamativo del asunto, si analizamos los acontecimientos desde otra perspectiva posible, es el extraño comportamiento de Luis Almagro; en poco tiempo, paso de defender la repostulación indefinida y bailar “Salay” con Evo Morales a darle la estocada final, anunciando que había fraude ¿Qué pasó con Almagro? ¿Todo fue parte de un plan maquiavélicamente concebido para ganarse la confianza de Evo Morales, aprovechando su ingenuidad, y luego darle la puñalada por la espalda? ¿Fue todo parte de un plan concebido en esferas geopolíticas mayores? Estas interrogantes quedan en el aire, tal vez nunca sepamos que pasó realmente, como tal vez nunca se sabrán otros acontecimientos políticos en el mundo que quedan sin resolver, como el caso del asesinato del Presidente Kennedy en Estados Unidos.
Ahora se dice que organismos internacionales como la ONU, la misma OEA y hasta la Unión Europea quienes serán garantes del proceso democrático en Bolivia, pero la duda queda: ¿Hasta qué punto son creíbles estas instituciones que asumen posicionamientos políticos y buscan incidir de acuerdo a una agenda geopolítica de poder, establecida por sus socios o aliados estratégicos globales? El dudoso papel paternalista- cual si fuesen los referentes de autoridad en el mundo- que asumen estas instituciones, como el caso de la Unión Europea, es cuestionable, por ejemplo, en el caso de Venezuela; más allá de los cuestionamientos que se tengan contra el régimen de Maduro, no existe ninguna justificación para las arremetidas económicas y políticas que sufre directamente el ciudadano común ¿Se puede confiar en países europeos que bloquean las divisas de otros países que en su momento, confiando en la aparente solidez de sus instituciones, depositaron sus reservas y que ahora por cuestiones políticas se les niegue el acceso a esos recursos? ¿Se puede confiar en organismos internacionales que siguen teniendo relaciones bilaterales con gobiernos que realizan golpes de estado, como lo hizo en su momento la Unión Europea con los golpistas en Honduras en el 2010? ¿Se puede confiar en organismos internacionales que responden a los mandatos geopolíticos de intereses imperialistas, como el caso de la OEA, cuya animadversión y acciones de intervención hacia los regímenes políticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela es permanente y cada vez más brutal contra los ciudadanos de esos países, que al final son los que pagan los platos rotos?
Más allá de todo, lo que sí quedó en evidencia, luego de todos estos funestos acontecimientos, es la fragilidad democrática en un país, donde se pensaba que las intervenciones y golpes de estado, quedaron muy atrás en el pasado; y que Bolivia al final, no era un estado fallido, pues se respiraba democracia y libertad desde el último golpe de estado en la década de los 80. Pero al parecer, esto no fue así, el riesgo de un colapso total se huele en el aire, Bolivia está peligro de un desborde de violencia y una fractura inminente, una vez más por la angurria de los grupos de poder. Los recuerdos de las heridas de sangre y muerte vuelven a estar presentes en la memoria y ojalá solo sean malos presentimientos.